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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Profetas en en su tierra

Luis Cobos y Sara Montiel reúnen en Campo de Criptana, su pueblo natal, a 4.000 personas

Gabriela Cañas

Campo de Criptana es un pequeño pueblo de La Mancha rodeado de molinos de viento y de viñedos que cuenta hoy con dos héroes locales de éxito nacional. Sara Montiel y Luis Cobos nacieron allí, y el sábado por la noche ofrecieron a sus paisanos un espectáculo que probablemente entre a formar parte de la historia grande de la localidad. El concierto, con la Banda Primitiva de Liria (Valencia), reunió en el cercado, ahora llamado auditorio, a 4.000 de los 14.000 habitantes del pueblo. El pasodoble España cañí, bajo la batuta de Cobos, consiguió los primeros clamores de la noche. Sara cantó para sus paisanos, vestida de color de plata, lo más clásico de su repertorio, La violetera.

El concierto se hizo en un enorme cercado al aire libre que contó con un estrelladísimo firmamento, con saludos de los divos, del alcalde, suelta de palomas blancas, fuegos artificiales y el colofón del himno de Criptana coreado por el público.Luis Cobos, de 36 años, compositor, adaptador de zarzuelas y pasodobles para orquesta sinfónica y especialista en música electrónica, ofreció en Criptana un concierto sin duda popular. El amor brujo, La revoltosa, La pícara molinera, España cañí, la obertura de la ópera Carmen y Capricho español fueron algunos de los temas que interpretó la Banda Primitiva de Liria. El inconfundible toque de Cobos, que introduce en las orquestas batería y bajo, propios de un grupo de rock, hacía posible que sus paisanos no pudieran resistir la tentación de seguir el ritmo con el pie, tararear algunos estribillos y, sobre todo, acompañar con las palmas los compases más ligeros. Para esto último, Cobos los dirigía con su batuta desde el escenario.

Cobos dedicó el concierto a su hija Carolina, que estaba en la primera fila y visitaba por primera vez el pueblo de su padre. Sara, por su parte, dedicó La violetera a su hija Thais y después anunció el bautizo de su segundo hijo, Zeus, en lo que sonó como a implícita invitación. Todo muy familiar, muy entrañable, un caramelo en dulce para las llamadas revistas del corazón, que el sábado tenían a sus reporteros persiguiendo en Mallorca a Lady Di.

Tradición musical

"Si esto no lo hubiéramos hecho en agosto, el acontecimiento nos hubiera desbordado", decía ayer el alcalde de Criptana, Ramón García Casarrubias, cuyo Ayuntamiento organizó el concierto del sábado. "Lo hemos hecho porque queremos exaltar lo que tenemos", añadió, "aunque sea poco". La idea de García Casarrubias es la de "complicar la vida" a estos héroes locales, hacerles ir a Criptana para entregar anualmente un premio literario o cantar bajo la estrellas.Tanto Luis Cobos como Sara Montiel abandonaron Campo de Criptana hace ya muchos años. Ambos han triunfado en la industria musical, y su pueblo natal se siente orgulloso de ellos y lo enlazan con su tradición musical. En el pueblo hay dos bandas de música y un conservatorio, cuyos primeros cuatro años están homologados.

El caso de María Antonia Abad, más conocida por Sara Montiel, no tiene, sin embargo, ni tradición ni antecedentes. Sara Montiel hizo en su juventud una quincena de películas en Hollywood y otras tantas en España. Se casó con el director de cine norteamericano Anthony Mann, con José Vicente Ramírez Olalla y después con su actual marido, José Tous. Incluso este hecho era comentado el sábado por la tarde con cierto tono de orgullo. "Mira, ése es su marido", le decía un parroquiano a otro, acodados ambos en la barra de un bar. "Sí, pero ha tenido tres o cuatro".

Una calle de Campo de Criptana lleva desde hace tres años el nombre de Sara Montiel. En otro pueblo cercano, Montiel, hay otra. Sara Montiel tiene ahora 58 años y cantó para los criptarienses aquellos éxitos de hace 30 que le sirvieron el sobrenombre de la reina del cuplé. Acompañada por la Banda Primitiva de Lliria cantó Nena, de El último cuplé; cantó también Fumar es un placer con la voz grave y sensual que la caracteriza, y terminó con La violetera.

En primera fila estaban José Tous y sus dos hijos, Thais y Zeus. Sobre el escenario, la banda de Lliria, con ganas de terminar el concierto para coger el autobús. Al día siguiente -por ayer- la banda tenía un concierto en Valencia. La Banda Primitiva de Lliria, formada por 115 músicos, algunos de ellos profesionales, ganó en julio el primer premio del certamen internacional de bandas de música. Aunque habitualmente ofrece conciertos sinfónicos, la bancla hará varios recitales como el del sábado con Luis Cobos.

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Sobre la firma

Gabriela Cañas
Llegó a EL PAIS en 1981 y ha sido jefa de Madrid y Sociedad y corresponsal en Bruselas y París. Ha presidido la Agencia EFE entre 2020 y 2023. El periodismo y la igualdad son sus prioridades.

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