Normalidad en la playa
El pueblo alicantino de Guardarnar del Segura, que el pasado 28 de julio sufrió los efectos del desbordamiento del río Segura, ha vuelto a la normalidad. La riada hizo que la playa de esta población se viese inundada de desperdicios y de todo tipo de objetos arrastrados por el agua. El alcalde prohibió el baño a lo largo de 12 kilórnetros de costa para evitar problemas sanitarios, una decisión que originó tensión entre hoteleros y comerciantes, que temieron un descenso masivo de turistas. Sin embargo, aunque se produjeron anulaciones de reservas, el domingo se encontraban en Guardarnar, que habitualmente tiene 8.000 vecinos, cerca de 50.000 turistas, en su mayoría procedentes de Madrid.Página 13
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