Gazapos, errores y confusiones en EL PAÍS / 1
Junto a las comunicaciones de los lectores que observan imprecisiones o errores, el ombudsman se encuentra en la lectura diaria del periódico con temas que necesariamente deben aparecer en esta columna. Es una actuación de oficio que en esta ocasión alternaremos al lado de: las cartas recibidas en los últimos días.Una de las mayores sorpresas recibidas en la pasada semana fueron las crónicas del enviado especial Javier García, desplazado a Libreville para cubrir la deportación del máximo dirigente de ETA, Txomin Iturbe. La última información desde esta ciudad apareció el pasado domingo, día 20. En el diario de la misma fecha, Javier García firmaba otra noticia como enviado especial a Lagos, donde Regó procedente: de la capital de Gabón y pretendía quedarse a la espera de la liberación del capitán Peciña. En Nigeria, el Gobierno le denegó el visado y tuvo que abandonar el país. Javier García parecía tener el don de la ubicuidad. Está comprobado que el enviado especial envió desde Libreville la crónica Txomin Iturbe espera en Gabón su traslado a otro país. Dicha información se almacenó en la Redacción para publicarla el domingo. En cuestión de horas, el redactor se desplazó a Nigeria; al ser expulsado se trasladó a Madrid, y recién llegado escribió la crónica El capitán Peciña llegará el lunes a Madrid tras salir en libertad de la prisión nigeriana de Port Hartcourt. Según el Libro de estilo, "está terminantemente prohibido datar una noticia en un lugar cuando el informador no se encuentra en él". El responsable de la edición, el redactor jefe Juan González Yuste, nos da su opinión: "Por la imposibilidad de escribirla en Lagos, y al ser redactada a las pocas horas, nada más llegar a Madrid, me pareció correcto firmarla donde había conseguido los datos".
Más sorprendente fue el lunes 21, cuando aparecía en EL PAÍS otra crónica sobre la vuelta de Peciña a España fechada en Lagos y firmada por Javier García, de quien ya se había anunciado el día anterior que había sido expulsado de la capital nigeriana. Esta crónica a una columna, titulada Pequeños problemas burocráticos aplazan en 24 horas la vuelta a España de Peciña, fue escrita en Madrid con los datos obtenidos por la redactora Emma Roig. El jefe de la sección Política, Javier Angulo, reconoce: "Fue un error mío considerarla crónica del enviado especial y que como tal apareciera en el periódico".
Las vacaciones de Felipe González
Difícil lo tienen algunos redactores de EL PAÍS cuando se deciden a escribir sobre las vacaciones del presidente del Gobierno. El 29 de junio, en una crónica de Domingo del Pino sobre el veraneo en Mallorca, afirmaba: "El presidente del Gobierno, Felipe González, utiliza un chalé en la zona militar". Se refería sin duda a las vacaciones de 1985; sin embargo, en esta ocasión no utilizó ninguna residencia castrense mallorquina, sino un chalé en Santa Ponsa de su amigo Pere Nicolau. En el periódico de este mismo día, en la sección Gente, Mabel Galaz informaba: "Felipe González quiere repetir otro verano al lado del mar. Sus colaboradores le están buscando una casa en Palma de Mallorca". Tampoco era acertado porque desde el mes de mayo se le buscaba lugar para el veraneo en la costa gaditana. Y cuando Mabel Galaz otea que es por el Sur por donde están los colaboradores buscando casa para agosto, nos informa, el domingo 13 de junio, que "Felipe González ha cambiado de planes y no irá a Mallorca este año. Se quedará en su tierra, Andalucía, en los Caños de Meca, una bonita población de Cádiz famosa por sus aguas cristalinas y sus playas nudistas". Lástima, pero tampoco acertó. El día anterior, Diario de Cádiz informaba con rigor, y las agencias de noticias lo distribuyeron, que las vacaciones de la familia González serían en un chalé de la urbanización Atlanterra, próxima a la localidad gaditana de Zahara de los Atunes, término municipal de Tarifa.
Informaciones retrasadas
El Libro de estilo admite: "La aparición en otro periódico, antes que en EL PAÍS, de informaciones de importancia no es motivo para dejar de publicarlas o para negarlas la valoración que merecen". La sección Cultura parece agradecer esta norma, y en los últimos días ha ofrecido tres muestras. El domingo 20 publicaba: "Luis de Castresana, enterrado en el cementerio más alto de Vizcaya". Era. la primera noticia del fallecimiento del escritor, que había muerto el jueves 17. El mismo domingo día 20 se anunciaba: "Radio Nacional de España en Aragón inauguró el miércoles una nueva sede en Zaragoza". Y el récord lo conseguían el lunes 21, cuando se daba cuenta de otra inauguración, la de dos emisores de Radio Nacional de España en Tenerife, hecho que había tenido lugar el viernes 11. El subjefe de la sección, Ángel Fernández-Santos, reconoce que la inauguración de Tenerife estaba muy pasada de fecha, pero al quedar almacenada en el sistema se utilizó, aunque no se mencionaba la fecha de inauguración. Respecto al fallecimiento de Luis de Castresaría, según Fernández-Santos, fue un malentendido: al conocerse la noticia se decidió publicarla en Vida Social; por problemas de espacio no apareció, y en Cultura tardaron -en recuperar esta información.
Índice de los fascículos
El domingo pasado, El País Semanal terminaba la publicación de los coleccionables 'La guerra civil española'. Un lector de Sigüenza, José Luis García Fraile, que los ha seguido semanalmente, se sorprende porque al finalizar el último fascículo no se ha incluido ni índice de capítulos ni índice de nombres, y subraya: "Pienso que, de no ser obligatoria para ninguna editorial, si lo es en el caso de que esa editorial quiera mantener un prestigio como el que mantiene día a día EL PAÍS-. El director de Ediciones El País, José Gil Franquesa, nos informa de la próxima aparición de dicho índice: "Se publicarán cuatro páginas en el número de El País Semanal del próximo 10 de agosto, y están concebidas, si se quiere encuadernar, para cerrar los fascículos".
