Un enviado de la Dirección de la Policía investiga en Melilla la muerte de un musulmán

Alberto Pérez, jefe de la Inspección Central de la Dirección General de la Policía, investiga en Melilla las presuntas irregularidades cometidas por agentes en esta ciudad y la muerte de un musulmán el pasado martes. La llegada del investigador se produce tres días después de que la totalidad de los partidos políticos melillenses elaborara un comunicado llamando a la reflexión para evitar el deterioro, "tal vez irreversible", de las relaciones entre las comunidades cristiana y musulmana.

El inspector Alberto Pérez estudió la actuación de dos agentes que el pasado martes detuvieron en un bar de Melilla a un musulmán marroquí, a quien, pese a sus evidentes muestras de intoxicación etílica, condujeron hasta la aduana para expulsarlo del territorio nacional. Se cree que el musulmán alegó un dolor en una pierna, producto de una fractura de rótula, por lo que la policía decidió trasladarlo a un hospital, donde falleció a las 48 horas. Según la autopsia, la causa de la muerte se produjo por una insuficiencia cardiorrespiratoria.

Denuncia

El líder musulmán Abdelkader Mohamed Hach presentó una denuncia en la que afirmaba que Ahire Mohamed había sido objeto de malos tratos por parte de los policías que pretendían expulsarle. La reacción de la familia del joven cristiano Antonio Salvador Rábago Casas, de 24 años, que falleció a consecuencia de una puñalada en el pecho que le asestó un musulmán menor de edad durante un concierto en el auditorio de Melilla, ha impedido que se recrudecieran los enfrentamientos entre las dos comunidades. El presunto homicida, de 17 años, se ha declarado culpable ante el juez, según confirmaron fuentes que conocen el sumario.Pese a esto y a que, en un, principio, algunas asociaciones de vecinos de un marcado carácter españolista, así como el Partido del Pueblo Melíllense, pretendieron que los comercios cerraran en protesta por lo que consideraban un derramamiento de sangre española a manos de un musulmán, la familia ha pedido que no se instrumentalice con tintes políticos la muerte de Antonio Salvador Rábago.

La ultraconservadora Asociación Pro-Melilla (Aprome), perteneciente al ala más radical, manifestó que los policías enviados desde La Coruña, unos 50 del total de 230, "han sido llamados para machacar al pueblo melillense español". La Aprome ha presentado diversas denuncias ante la delegación del Gobierno contra la policía, a la que acusa de malos tratos, abusos deshonestos y desaparición de dinero, y pide que se incoen los correspondientes expedientes.

María Dolores Medina García, de 37 años, permanece en el hospital de la Cruz Roja de Melilla con lesiones graves a consecuencia de los golpes de los que fue objeto por parte de la policía, según su propia afirmación, cuando participaba en una manifestación no autorizada a favor del cese del delegado del Gobierno, Andrés Moreno Aguilar, y para la paralización de la concesión de nacionalidades a musulmanes de Melilla.