El joyero relacionado con la 'mafia policial' asegura que dos policías tendieron trampas mortales a un amigo de 'El Nani'

Federico Venero, joyero de Santander que denunció la supuesta red de corrupción policial, ha manifestado en declaraciones judiciales que el comisario Francisco Javier Fernández Álvarez y el inspector Victoriano Gutiérrez Lobo tendieron dos trampas mortales a Ángel Manzano, delincuente habitual, socio y amigo de Santiago Corella, alias el Nani. Este último desapareció tras sufrir un interrogatorio en las dependencias policiales de la Puerta del Sol en Madrid. Venero asegura que el móvil de estos dos policías era que Manzano sabía demasiado sobre sus actuaciones, según consta en el sumario 18/1985, sobre la desaparición de El Nani.En septiembre de 1984, Federico Venero vendió tres pistolas a Ángel Manzano, quien había participado en diversos delitos en compañía de Santiago Corella, con la intención de que perpetrara un atraco en un almacén de joyería situado en la Gran Vía de Madrid. Venero, según consta en el sumario, declaró ante el juez Andrés Martínez Arrieta, titular del Juzgado de Instrucción número 11 de Madrid, que este encargo fue realizado por él tras ser "coaccionado" por el comisario Francisco Javier Fernández Álvarez y el inspector Victoriano Gutiérrez Lobo.

Según las declaraciones de Venero, el atraco estaba pensado para convertirse en una trampa mortal contra Manzano. Los cerebros de esta acción eran, según Venero, los policías Álvarez y Gutiérrez. El motivo para querer eliminar a Manzano era, según la declaración de Venero, que éste sabía demasiado. Venero, en conversación telefónica con este periódico, señaló que su colaboración con la supuesta red de corrupción policial se debió a las coacciones que sufrió durante cinco años.

Ángel Manzano desistió por propia iniciativa de perpetrar el atraco. José Antonio Sanz Grasa, abogado de la familia de Santiago Corella, considera que la negativa de Manzano se debió a su desconfianza ante la presunta organización de policías corruptos. Manzano, el 12 de noviembre de 1983, había recibido una "paliza" en las dependencias policiales de la Puerta del Sol, al ser acusado del atraco a una joyería de la calle de Tribulete de Madrid, según sus propias declaraciones. A escasos metros de donde Manzano fue interrogado, Francisco Álvarez, Victoriano Gutiérrez y el también inspector de policía Francisco Aguilar González interrogaron a El Nani. A partir de ese momento, Santiago Corella desapareció.

Tras fracasar el plan del atraco al establecimiento de la Gran Vía, Fernández y Gutiérrez prepararon otra acción, según el joyero de Santander. Venero afirma que encargaron a Manzano, a través de otro joyero, cuyo nombre no ha trascendido, otro atraco. Este golpe habría de perpetrarse el 12 de octubre de 1984, en una joyería de Pamplona.

Informe de la DSE

Según un informe de la Dirección de la Seguridad del Estado (DSE), remitido al juzgado de Madrid que tramita las diligencias, el inspector Gutiérrez, junto a otros tres policías, se trasladó a Pamplona en esas fechas. Otros cuatro policías de Bilbao se unieron en Pamplona a los de Madrid. Entre los de la capital vizcaína se encontraba el inspector Miguel Ángel Bercianos Torres, acusado de pertenecer a la supuesta red de corrupción de Santander, según Federico Venero. Sin embargo, Manzano, por desconfianza, no perpetró el atraco en Pamplona.El comisario Fernández y los inspectores Gutiérrez y Bercianos se encuentran supuestamente implicados en la red de corrupción policial de Santander. Fernández, Gutiérrez y el inspector Aguilar permanecen en la prisión de Logroño, presuntamente implicados en la desaparición de el Nani. Sobre Gutiérrez y el inspector Adelardo Rafael Martínez García pesa un auto de prisión por su supuesta implicación en el superatraco a una sucursal del Banco Español de Crédito (Banesto) en Madrid, en el que se obtuvo un botín de 1.200 millones de pesetas en joyas y lingotes. El fiscal de este últirno caso Emilio Valerio, ha pedido el procesamiento de ambos y del comisario Fernández por el delito de robo.