España e Italia se jugarán el quinto puesto
España se juega ante Italia ( 12.30 horas, TVE 1), caro enemico, el quinto puesto. España cuenta con la triste tradición de perder su último partido en un campeonato oficial y, en los últimos años, ese rival postrero ha sido el italiano la mayor parte de las veces. En este Mundial ninguna de las dos selecciones ha aportado algo; y ello a pesar de contar con dos técnicos de prestigio en Europa, Díaz Miguel y Valerio Bianchini. Italia pone su sentido práctico, su defensa y su juego lento pero controlado. España, la velocidad y unas mayores dosis de creatividad. España sufre un síndrome con los italianos, un síndrome sin imagen definida. Vencerles serviría para romper la tradición y limpiar un poco el fracaso.España e Italia son dos rivales clásicos, dos enemigos que se quieren y hasta se admiran. Díaz Miguel y Valerio Bianchiní son dos técnicos que rivalizan entre sí dentro de la elite europea, que coinciden algunas veces en sus viajes de aprendizaje por Estados Unidos. A ambos les cabe esa modestia. Pero a Bianchini, además, le gusta filosofar, como muchos colegas italianos. "El deporte es como la mujer, no es lógico. Por eso es bello", dijo Bianchini tras la victoria ante Israel.
Italia no ha podido rendir en este Mundial a satisfacción, y en ello su caso es similar al de España. Ninguna de las dos, selecciones ha ofrecido algo que pueda llevarse a la boca un buen catador de baloncesto. Ambas, además, tuvieron su mejor momento en 1983 cuando disputaron la final del Europeo de Francia. A partir de entonces, su juego no ha sido precisamente excelso, aun cuando no les hayan abandonado los premios -medalla de plata en Los Ángeles para España y de bronce para Italia en el Europeo de 1985- Italia cuenta con mayor cantidad de jugadores donde elegir -están ausentes dos hombres de nivel como Bonamico y Vechiatto- y tienen otro caso paralelo, el de las ausencias por decisión propia de dos de sus hombres más renombrados internacionalmente: Corbalán y Meneghin.
Más estatura
Italia ha perdido en este Mundial con dos semifinalistas (Yugoslavia y Estados Unidos) al igual que España (Brasil y la URSS). Italia ha basado su juego, todavía, en la sobriedad del base Marzoratti (32 años), pero se ha encontrado con un Antonello Riva ín crescendo, que comienza a acercarse a aquel alero que competía con Epi por la primera posición europea. En la lucha por los rebotes, Italia cuenta con más estatura: Magnífico (2,09), su hombre más en forma, Costa (2,11), lesionado, Villalta (2,04), irregular, Polesello (2,05), práctico aunque jugador de sólo un par de movimientos, y Binelli (2,13), una promesa sin cuajar todavía. Jugadores como Premier, Sachetti o Gilardi, constituyen el terceto de legionarios, de marcadores férreos.
España, frente a Italia, no cuenta con un filósofo como Bianchini. Díaz Miguel, en plan fenicio, se limita a vender el quinto puesto al precio de una medalla. El equipo se ha estabilizado en tomo al quinteto madre: Costa o Solozábal, Epi, Sibilio, Martín y Jiménez.
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