Un largo cautiverio

José Luis Peciña Martínez de Aguirre, capitán del petrolero Izarra, ha permanecido en cautiverio en Nigeria durante más de dos años. El 19 de junio de 1984, el buque, con una tripulación compuesta por 27 marineros españoles y un francés, era asaltado por una patrullera de la Armada nigeriana. Las autoridades del país africano sospechaban que el barco transportaba armas destinadas a efectuar un golpe de Estado.El petrolero fue conducido al puerto de Calabar con toda su tripulación, que quedó detenida. Tras las inspecciones de las bodegas del petrolero, la Armada nigeriana tuvo que rendirse a la evidencia de que no transportaba armamento. Sin embargo, el capitán del Izarra fue acusado de dos delitos de contrabando, perpetrados en anteriores viajes del buque a Nigeria. En concreto, estos delitos se referían a dos cargas ilegales de gasóleo, realizados en la ciudad costera de Bonny el 30 de enero y 27 de febrero de 1984.

El fiscal del caso acusó a Peciña, junto a los funcionarios nigerianos Henderson Mendiere y Ciprian Obi de ser autores de estos delitos. Los 28 tripulantes del petrolero fueron repatriados a España, tras laboriosas gestiones, el 15 de diciembre de 1984, mientras que José Luis Peciña era conducido a la prisión federal de Port-Harcourt, donde aún permanece.

El capitán del Izarra fue juzgado por un tribunal militar bajo una legislación de excepción, como era el decreto número 20 de 1984 sobre "delitos varios", que permitía que hechos ocurridos con antelación pudiesen ser condenados mediante una ley posterior. El 10 de diciembre de 1984, el Tribunal Militar condenaba a muerte a Peciña, junto a los dos funcionarios nigerianos.

Gestiones diplomáticas españolas, que tuvieron su máximo exponente en la visita, en calidad de emisario regio, del teniente general Manuel Díez-Alegría a Lagos en diciembre de ese año, posibilitaron que el régimen de Mohamed Buihari, jefe del Estado en aquel momento, redujese la pena a 25 años de reclusión. El golpe de Estado del 27 de agosto de 1985, encabezado por Ibrahim Babangida, abrió nuevas perspectivas para la liberación del reo español.

'Caso político'

El Ministerio de Asuntos Exteriores logró que el caso Peciña fuera considerado un asunto político, que el actual régimen debía revisar". El general Ibrahim Babangida creó una comisión judicial, compuesta por cinco personas, entre jueces y funcionarios, para la revisión de penas impuestas bajo la legislación excepcional del anterior régimen. En marzo pasado esta comisión informó a la Jefatura del Estado favorablemente sobre la libertad de Peciña. La orden de excarcelación de José Luis Peciña, aprobada por el general Babangida, fue comunicada ayer a las autoridades españolas.

La concesión de la libertad para Peciña cogió ayer de sorpresa al Ministerio de Asuntos Exteriores español. Este departamento, que conocía el dictamen de la comisión de justicia, barajaba como fecha más posible para que la Jefatura del Estado aprobase la excarcelación el próximo 27 de agosto, fecha del golpe de Estado que llevó al poder al actual régimen.