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Relaciones epistolares

La relación entre los presidentes de AP, Manuel Fraga, y del PDP, Óscar Alzaga, está en vías de pasar a ser meramente epistolar. La suspensión por Alzaga, el pasado viernes, de la entrevista que él mismo había solicitado a Fraga ha dado paso a un cruce de cartas y documentos en los que los democristianos pretenden demostrar la legitimidad de su pase al Grupo Mixto, mientras los aliancistas tratan de poner en evidencia todo lo contrario. Cartas, dictámenes y contra dictámenes jurídicos constituyen algunos de los documentos con que unos y otros se han bombardeado en las últimas horas. Por lo demás, parece claro que la relación personal entre aliancistas y democristianos ya no es precisamente buena. Y esto quedó ayer patente en las sesiones constituyentes del Congreso de los Diputados y el Senado -en las que el PDP puso físicamente en práctica su decisión de integrarse en el Grupo Mixto-: Alzaga hubo de dirigirse, con sonrisa forzada, al escaño de Fraga, -quien estaba escoltado por José Antonio Segurado- para. saludarle, saludo al que el líder conservador correspondió no menos forzadamente. Otros diputados democristianos ni siquiera saludaron a sus ex compañeros aliancistas, y viceversa. Unos y otros evitaron encontrarse en los pasillos.

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