El Banco Mundial prevé un crecimiento económico similar al de la década de los sesenta

El informe anual del Banco Mundial señala que el crecimiento económico internacional puede registrar un crecimiento sostenido, pero ello requerirá una serio esfuerzo tanto por parte de los países industrializados como de las naciones en desarrollo. Si este esfuerzo se lleva a cabo, el crecimiento de la próxima década será similar al de los años sesenta.

El Banco Mundial presenta en su informe dos posibilidades para el crecimiento de la economía mundial, que dependerá de las medidas que pongan en marcha los países para mejorar sus estructuras económicas en la próxima década. Si se controla el déficit público y la inflación y se reducen las restricciones al comercio mundial, el crecimiento económico podría llegar a un 5,9% en los países en vías de desarrollo y a un 4,3% en los industrializados.

Para conseguir estos índices de crecimiento, señala el informe, las naciones en desarrollo han de aumentar el empleo, la productividad y el ahorro de sus ciudadanos, atraer el dinero extranjero y procurar que retornen los capitales fugados. Los países industrializados han de mantener políticas fiscales y monetarias estables, reducir las distorsiones de precios y flexibilizar el mercado laboral.

En caso de que las naciones industrializadas no consigan controlar el déficit y la inflación, su crecimiento puede no exceder del 2,8%, mientras que el de los países en desarrollo se quedaría un punto por debajo de lo previsto. El Banco Mundial hizo un llamamiento a los países ricos y pobres para que reformen sus economías y se opongan a las barreras comerciales.

Políticas agrícolas

El informe realiza un análisis de las políticas agrícolas internacionales, centrado, esencialmente, en la situación de la agricultura en los países en desarrollo. "El hecho más sorprendente es que el Tercer Mundo, en su globalidad, es el primero en discriminar a sus agricultores, a pesar de que éstos aportan una gran parte del producto nacional bruto y de los beneficios de la exportación". Por el contrario, "los países industrializados ofrecen a sus agricultores un número importante de subsidios y ayudas, a pesar de que la agricultura aporta sólo una pequeña parte de la producción nacional y absorbe escaso empleo".La reciente baja de los tipos de interés y el descenso en los precios del petróleo ha aportado un gran estímulo a la economía mundial, pero, según el banco, "es necesario llevar a cabo reformas en la política económica para conseguir un beneficio de la situación actual".

El Banco Mundial resalta también que algunos países, particularmente los del sur del Sáhara y las naciones exportadoras de crudo, se enfrentan a graves dificultades en un futuro próximo. Entre los aspectos negativos del informe destaca la aseveración de que "todos los países desarrollados se enfrentan a un descenso del crecimiento en el comercio intemacional, así como a un declive continuado de las entradas de capital".