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Huelga de cristianos y musulmanes libaneses contra el deterioro político y económico

Cristianos y musulmanes libaneses coincidieron ayer, por primera vez desde el comienzo de las guemas civiles en 1975, en una acción de protesta contra la guerra política y el deterioro de la situación económica. La huelga general de 24 horas convocada por las organizaciones sindicales fue un rotundo éxito en todo el país, según las noticias procedentes de los sectores Este y Oeste de Beírut. Cerraron comercios, bancos, oficinas de cambistas, estudios de televisión y el aeropuerto. Incluso dio la impresión de que había disminuido de modo sensible la presencia de milicianos en las calles.

La Confederación General de Trabajadores de Líbano, presente en todas las zonas del muy dividido país, había llamado a la huelga, con la intención de que "la mayoría silenciosa" se expresara contra la violencia política y el deterioro de la situación económica. La primera es habitual en el país desde hace 11 años; la crisis económica es un fenómeno que los libaneses han comenzado a padecer tan sólo desde hace dos. Los sindicatos estiman que el actual ritmo de inflación es del 100% anual. La moneda libanesa, la libra, ha perdido la mitad de su valor frente al dólar en los últimos tres meses.

Ambos sectores de Beirut presentaban ayer un aspecto desértico. Sólo los hospitales y las farmacias permanecían abiertos, y muchos ciudadanos de uno y otro lado aprovecharon la jornada para irse de excursión a las montañas o las playas. Aparte de los dos servicios sanitarios citados, sólo los periodistas y el personal de las embajadas extranjeras trabajaron en el día de huelga general.

La acción, sin embargo, sólo tiene un valor testimonial, y según el diario beirutí L'Orient-Le jour, "la presión de la Confederación General de Trabajadores tiene pocas oportunidades de ser eficaz en el actual estado de bloqueo político, e incluso es de temer que produzca un contraefecto de agravación del malestar general".

Plan de seguridad sirio

Más esperanzas ha despertado en la escéptica opinión pública libanesa la, al parecer, decidida actitud siria de imponer el plan de seguridad para los campamentos palestinos en Beirut oeste, que el pasado 13 de junio aprobaron en Damasco a regañadientes todos los líderes musulmanes libaneses.El pasado fin de semana comenzó la puesta en práctica del plan. Soldados y policías libaneses tomaron posiciones en algunos de los puntos claves de Beirut oeste. La misma operación se desarrolló en los alrededores de los campos palestinos de Sabrá, Chatila y Bourj el Bourajne.

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Sólo los suburbios del Sur, feudo shií, quedaron exentos de la operación de limpieza y pacificación". En todos los casos, oficiales sirios dirigían las patrullas. Algunos elementos armados recalcitrantes fueron abatidos y varias decenas detenidos.

No es la primera vez que intenta ejecutarse un plan semejante, y siempre el resultado ha sido que, tras unos días de pase a la clandestinidad, reaparecen los milicianos y particulares armados. Sin embargo, Siria parece haber apostado fuerte esta vez.

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