Euskal Telebista
El director de Euskal. Telebista, señor Gorordo, expuso en las páginas de este mismo diario, el día 14 de junio, sus razones para considerar legal la creación por sorpresa del segundo canal de Euskal Telebista. Se reducía su argumentación a una tediosa enumeración de legalismos que no interesa discutir: la mayoría de las personas no entendemos la totalidad de esos aspectos, lo que no impide que seamos capaces de reconocer la superchería cuando se nos pone delante. A cambio yo voy a proponer al amable lector un ejemplo sacado de la vida diaria, para que pueda juzgar llanamente lo que se esconde tras las hábiles argucias de los abogados del señor Gorordo.El Gobierno vasco encontró en Álava, tras asumir las competencias fijadas por el estatuto de autonomía en materia de comunicación social, una infraestructura de radio y televisión poco desarrollada, pero en vías de ampliación y mejora: un convenio entre RTVE y la Diputación Foral de Álava había impulsado con anterioridad la inversión de varios cientos de millones de pesetas para la construcción y puesta en marcha de repetidores por toda la provincia. De otra parte, las solicitudes de establecimiento cursadas por algunas emisoras privadas de radio permitían presumir que en poco tiempo nuestro tradicional raquitismo en estos aspectos, en contraste con nuestra alta renta y alto nivel de presión fiscal, fuese por fin a en contrar una solución. Contrariamente a lo que cabría esperar, su actuación no ha tenido la virtud de acelerar o incrementar las mejoras en curso, sino que supuso su total paralización hasta el día de hoy.
Clausuró con candados (sic) los equipos repetidores de TVE y de Radio 2 y Radio 3 de RNE, ya comprados e instalados, con un coste que supera los 500 millones de pesetas. Puso a cambio en marcha el repetidor de Euskal Telebista, con una potencia 20 veces mayor que el viejo repetidor de TVE: este último, que es el que mayoritariamente vemos, padece todo tipo de interferencias y se apaga en cuanto le da un mal viento. El de Euskal Telebista, claro está, desafía tempestades. Compró la única emisora de radio con implantación local (Radio Vitoria) y la reconvirtió en un altavoz de sus consignas políticas. No concedió ningún nuevo permiso a emisoras privadas hasta conseguir que de cuatro emisoras de FM que se oyen en Vitoria, tres estén bajo su directo control, mientras la cuarta tiene que emitir desde territorio burgalés, al no haber obtenido el permiso para hacerlo dentro de la comunidad autónoma vasca.
Resumidamente: el Gobierno vasco, hoy controlado por el PNV, se ha dotado a sí mismo, con poco disimulo y el dinero de todos los contribuyentes, de unos potentes medios de comunicación que cada día abruman más. Al mismo tiempo, y mientras se consolidan los hábitos de audiencia de esos medios, niega las autorizaciones y permisos a posibles competidores de todo signo, incluidas emisoras de carácter musical o exclusivamente cultural, como Radio 2 y Radio 3, de Radio Nacional de España. Uno no entiende muy bien cómo son posibles hechos como éstos, pero si está seguro del nombre que tienen: maniobras antidemocráticas.A la vista de lo expuesto, señor Gorordo, ¿qué nos va usted a contar? ¿Que es legal pisotear la iniciativa privada?, ¿que es legal eliminar la pluralidad de pareceres?, ¿que es legítimo privar a unos ciudadanos del derecho a disfrutar unos servicios que ya han pagado? Yo creo que el elector ha opinado que no-
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