Bicicletas y robots en la campaña para las elecciones legislativas en Japón
La campaña para las elecciones legislativas del próximo domingo en Japón ha entrado en su recta final. La única incógnita es saber si el actual primer ministro, el liberal Yasuhiro Nakasone, logrará o no recuperar la mayoría parlamentaria absoluta para su Partido Liberal Democrático (PLD), en el poder desde hace 35 años. Para lograrlo, sus candidatos utilizan desde bicicletas hasta robots.
En Japón, es ahora época de lluvias. Éstas pueden caer durante un mes, sin interrupción, lo que probablemente da a la campaña política un aire aún más gris de lo habitual.Los diversos candidatos celebran sus minimítines en las estaciones de ferrocarril y de metro, verdaderos centros neurálgicos de la vida japonesa, para intentar convencer a uno de los electorados probablemente más estables de los países democráticos.
El potente PLD, los comunistas, los socialdemócratas, los nuevos liberales e incluso el pintoresco Komeito (Partido para un Gobierno Limpio) se disputan el interés del electorado, que, en general, hace poco caso a los miles de aspirantes que luchan por uno de los 512 escaños de la Cámara de Representantes de la Dieta (el Parlamento japonés).
Curiosamente, y quizá por influencias de la occidentalización a la norteamericana de Japón, los candidatos dan la mano a los votantes, en un país cuya tradición de saludo es siempre la inclinación de la cabeza y el torso varias veces seguidas, según la categoría del personaje o la solemnidad del acto.
Este detalle produce escenas un tanto cómicas, ya que, mientras casi todos los políticos avanzan el brazo con la mano extendida, los ciudadanos se inclinan repetidas veces antes de aventurarse a estrecharla. Quizá por eso, y quizá también para recordar que ésta es una de las primeras potencias tecnológicas, uno de los candidatos del PLD, Tokusaburo Kosaka, ha optado por utilizar un robot, que se dirige hacia los electores y les da la mano de la supertecnología en una campaña política que parece desprovista de toda alma.
El esfuerzo de Nakasone
No menos original es el método de Takashi Kosugi, aspirante a un escaño por el Club de los Nuevos Liberales (CNL), que recorre todo su distrito del área de Tokio en bicicleta, deseoso, sin duda, de conservar para su partido al menos los ocho escaños actuales. Gracias a ellos ha podido gobernar Nakasone durante tres años. El líder del PLD hace campaña en todo el país en un intento de devolver a su partido la mayoría perdida en diciembre de 1983. El actual primer ministro pretende también lograr una popularidad que le permita continuar en el cargo un tercer mandato, aun en contra de las normas del PLD, que sólo conceden dos legislaturas presidenciales a su líder.Naturalmente, la campaña gira también en torno a asuntos económicos. La espectacular economía nipona, en constante crecimiento desde los últimos 20 años, se enfrenta ahora a la subida de la cotización del yen, sobre todo en relación con el dólar, lo que afecta a las exportaciones hacia Estados Unidos, una de las principales fuentes de riqueza para Japón. Nakasone explota los factores positivos de la subida del yen, como, por ejemplo, el relativo descenso de precios en las importaciones de materias primas y otros productos importados, pero los sectores industriales japoneses temen por el futuro. Nakasone promete, igualmente, que no elevará los impuestos para afrontar la nueva situación.
Desde la oposición, los socialistas, segunda fuerza del país, pero sin posibilidades inmediatas de constituir una alternativa de poder, tachan al Gobierno de Nakasone de militarista e imperialista, según denuncias del secretario general del PSK, Masahi Ishibashi, que no logra arrancar grandes aplausos en sus mítines callejeros.
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