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El PSOE califica a ETA de representante del neonazismo

La totalidad de los partidos políticos vascos con representación parlamentaria, a excepción de Herri Batasuna, han condenado los atentados con explosivos que el sábado costaron la vida a un agente de la Guardia Civil y causaron heridas a otras 12 personas. La ejecutiva del Partido Socialista de Euskadi (PSE-PSOE) acusa a ETA de representar en España "el neonazismo que existe hoy en Europa", y Xabier Markiegi, portavoz de Euskadiko Ezkerra (EE), considera necesario que los partidos democráticos articulen activamente la mayoría social que está contra la violencia.

El PSE-PSOE indica en una nota de condena de los atentados, que una vez reafirmada la democracia con los votos libremente emitidos por los ciudadanos "ETA se hace presente con su siniestro mensaje de muerte y desolación", buscando publicidad para sus siglas y el desconcierto de la población y manifestando su intolerancia "y su desacuerdo con un sistema que no acepta".El Partido Nacionalista Vasco reprobó los atentados durante la asamblea que celebraban el sábado unos 300 representantes de Vizcaya, que fueron informados durante la mañana de las explosiones registradas el sábado.

Coalición Popular (CP) manifestó en una nota que la existencia de tensiones políticas en el País Vasco debe ser evitada porque ETA pretende explotarlas en beneficio propio y consideró urgente un acuerdo de todas las fuerzas democráticas. "El desprecio por la vida, humana de que hace gala ETA sólo puede provocar el rechazo y, el aislamiento para quienes no ponen en práctica", añade CP.

El portavoz de Euskadiko Ezkerra, Xabier Markiegi, manifestó que los atentados son una forma macabra de celebrar los resultados electorales y que con ellos se quiere forzar una negociación imaginaria e imposible. "Se impone que los partidos democráticos", prosiguió, "actuemos para articular la mayoría social que está contra toda violencia, empezando por rechazar la ambigüedad y la legitimación, expresa o tácita, de algunos partidos que están apoyando de hecho esa violencia".

Entierro del guardia asesinado

Por otra parte, ayer fue enterrado en el cementerio de Archidona (Málaga) el guardia civil Francisco Muriel, asesinado el sábado por ETA Militar. Previamente tuvo lugar un funeral en el acuartelamiento de la Guardia Civil de Logroño que estuvo presidido por el director general de la Guardia Civil, José Antonio Sáenz de Santamaría, y el delegado del Gobierno en el País Vasco, Ramón Jáuregui.El director de la Guardia Civil afirmó que "hay que seguir luchando hasta erradicar la lacra del terrorismo" y precisó que se está avanzando en esta lucha "dentro del dolor y la tristeza por tantas familias destrozadas". Jáuregui dijo que "sería bueno que está gente fuera al Parlamento a decir lo que tuviese que decir y dejara de matar."

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La mayor parte de los heridos en los atentados del sábado evolucionan favorablemente, aunque dos de los seis que permanecen ingresados en centros sanitarios continúaban en estado muy grave. Tanto Carlos Marrero como José María Baltasar, ambos agentes de la Guardia Civil, seguían ayer en la unidad de vigilancia intensiva del Hospital de la Cruz Roja de San Sebastián.

El primero sufrió el sábado por la tarde una intervención quirúrgica para tratar un hematoma intercraneal.

Evolucionaban favorablemente los agentes Miguel Ángel Arenal, de pronóstico grave y Alonso Vidal, menos grave, ingresados en el mismo hospital que los anteriores. También se recuperaban de forma satisfactoria, según fuentes médicas, los guardias civiles Luís Pérez Bao y Juan Carlos Carvallo, que sufren lesiones de pronóstico reservado y son atendidos en la residencia sanitaria de la seguridad social.

Igualmente experimentaba una mejoría en la evolución de sus graves lesiones el obrero de la construcción José Miguel Moros, de 18 años, que perdió un brazo el viernes al estallar una bomba colocada en unas obras de Santurce (Vizcaya), por la organización terrorista Iraultza (Revolución).

Por otra parte, varias decenas de personas permanecieron ayer media hora en silencio en el centro de San Sebastián en protesta por los últimos atentados terroristas registrados en Vizcaya y Guipúzcoa. La concentración había sido convocada por la Asociación por la Paz en Euskadi, que desde su creación hace varios meses viene promoviendo iniciativas de este tipo cada vez que se realiza un atentado. La citada asociación fue promovida por Cristina Cuesta Gorostidi, de 24 años, hija del delegado de la Telefónica de San Sebastián, Enrique Cuesta, asesinado en marzo de 1982 por los Comandos Autónomos.

Los asistentes se agruparon frente al edificio de la Diputación Foral de Guipúzcoa en torno a una pancarta que decía: "Basta ya; nuestro pueblo quiere paz" y repartieron un comunicado de repulsa por los atentados.

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