FECSA habría perdido 34.419 millones en 1985 con los criterios generales de contabilidad, según Arthur Andersen
Fuerzas Eléctricas de Catalunya, SA (FECSA) habría tenido unas pérdidas de 34.4191 millones de pesetas, en lugar de los 5.722 millones declarados como beneficios, si hubiese aplicado "los criterios de contabilidad generalmente aceptados" según el informe de auditoría realizado por Arthur Andersen. Los auditores consideran que se han activado en exceso gastos financieros, por un valor de 14.100 millones; han dejado de amortizarse gastos de emisión de obligaciones por 2.500 millones; minorado los gastos financieros en 14.244 millones, y no consolidado las pérdidas de 9.297 millones de las filiales Carbones de Berga y Minas y Ferrocarril de Utrillas.
Por otra parte, la Administración ha rechazado el programa financiero presentado por la empresa para 1985. Ello significa que las autoridades pueden exigir a FECSA que destine 3.622 millones de pesetas de los beneficios declarados a aumentar las amortizaciones, según fuentes de la empresa. Esta cantidad corresponde al 3,4%, de la recaudación por suministros que la compañía puede disponer sólo si cumple el plan de saneamiento.La anotación adecuada de las cuatro primeras incidencias hubiera reducido los beneficios de la sociedad en 40.141 millones de pesetas. Es decir, en 1985 hubiera registrado unas pérdidas de 34.419 millones de pesetas. Además, la auditoría señala que la cuenta de pérdidas y ganancias hubiera sufrido un cargo adicional de 9.400 millones de pesetas, si la previsión de 19.700 millones de pesetas de la cuenta denominada "diferencias de valoración en moneda extranjera" se hubiera realizado con los mismos criterios que en los ejercios anteriores.
En relación con los gastos financieros activados en exceso en el inmovilizado, los auditores cifran las divergencias en 14.100 millones de pesetas, y en 2.500 millones de pesetas el defecto de amortización según el criterio financiero de los gastos de emisión de obligaciones y formalización de préstamos. Es decir, según el informe, "la contabilización de estos ajustes reduciría los beneficios que se muestran en la pérdida de cuentas y ganancias adjunta en un importe de 16.600 millones de pesetas".
El próximo ejercicio
En la presentación de los resultados el pasado 20 de junio, el presidente de FECSA, Juan Alegre Marcet, admitió que los criterios utilizados no eran los llamados principios de contabilidad generalmente aceptados, pero que la sociedad había aplicado los criterios de la Resolución de la Dirección General de la Energía de 10 de julio de 1984 y la Orden Ministerial de 21 de febrero de 1985. Además señaló que en el próximo ejercicio cancelaría estos 16.600 millones contra las cuentas de reservas. Según un portavoz de FECSA, la diferencia de 14.100 millones procede principalmente de incrementar en un 30% las dotaciones correspondientes a intereses intercalarios al amparo de las citadas disposiciones.Sin embargo, fuentes de Industria han señalado que "las citadas disposiciones establecen los criterios para medir el esfuerzo de saneamiento realizado por las empresas y no tienen nada que ver con la normativa para elaborar balances". Añadieron que se trata de una utilización equivocada de las citadas normas y recordaron que Industria carece de facultades para modificar los criterios de contabilidad de las empresas, que es competencia de Economía.
Por otra parte, la contabilización en la cuenta de resultados de los 14.244 millones (compensación que la sociedad espera recibir de las empresas compradoras ENDESA y ENHER) minorando los gastos financieros, ha provocado un fuerte malestar en la Administración. En este sentido, las autoridades critican duramente la contabilización en la cuenta de resultados de unos ingresos procedentes de una ventas de propiedades, que en su opinión deberían figurar en el activo, ya que para que pudieran cumplir el objetivo principal de los intercambios, de sanear el sector, se habían beneficiado de exenciones fiscales. La dirección de FECSA considera que su criterio es perfectamente aceptable y que lo único que pretende es empezar a diferir los gastos imputables a la energía que generan las nuevas instalaciones como ya ha hecho Hidrola.
Los auditores señalan la contradicción entre anotar una parte de estos ingresos (35.784 millones) en las reservas y otra parte de los mismos en la cuenta de resultados. Según el informe, la puesta en explotación en 1986 del grupo II de la central nuclear de Ascó y la central Estany Gento-Sallente, originarán un nuevo desfase entre el flujo de ingresos y gastos teóricamente imputables. A causa de estos hechos las proyecciones económico-financieras, no auditadas, preparadas por la empresa para el período 19861995, "prevén beneficios sólo en el, supuesto de que se implanten en el futuro ciertas soluciones", tales como la posibilidad de diferir los desfases entre el flujo de ingresos y los gastos imputables, la mejora del actual sistema de compensaciones (FECSA tiene interpuesto un recurso en el que reclama 13.000 millones) y la posibilidad de obtener ingresos de los fondos de saneamiento.
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