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EE UU confía en que la caída de Silva Herzog no impedirá un acuerdo entre México y el FMI

Francisco G. Basterra

La Administración y la banca norteamericanas confían en que el cese de Jesús Silva Herzog como ministro de Finanzas de México no impedirá un próximo acuerdo entre dicho país y el Fondo Monetario Internacional (FMI), que evite una peligrosa declaración unilateral de impago de su deuda externa de 97.000 millones de dólares. El presidente de la Reserva Federal, Paul Volcker, y el secretario del Tesoro, James Baker, han declarado que no hay nada que indique que la designación de un responsable de las finanzas de México, Gustavo Petricoli, a quien se considera un tecnócrata, formado también en Yale, como Silva Herzog, vaya a suponer un cambio en la estrategia de buscar una solución negociada con los acreedores internacionales y el FMI.

Las circunstancias que han rodeado la caída de Silva Herzog y la crisis política interna en el Gobierno mexicano que parece reflejar provocaron alarma en Estados Unidos, Silva Herzog era el hombre de confianza de Washington, y había llevado de una forma muy ortodoxa toda, la crisis económica de México desde 1982, propiciando siempre acuerdos con los acreedores internacionales. En un principio se temió que los nacionalistas, partidarios de suspender el pago de los intereses de la deuda alegandilo que México no puede seguir haciendo más sacrificios, iban a lograr imponer su estrategia de no admitir las drásticas reformas que exige el FMI. Banqueros en Nueva York -la banca estadounidense posee el 25% de la deuda externa de México- dijeron ayer, sin embargo, que un acuerdo de principio con el Fondo Monetario Internacional es "cuestión de días".No todos los observadores se muestran tan optimistas, y algunos temen que, por razones políticas, el nuevo equipo negociador mexicano exija concesiones especiales al. FMI y a los bancos, que no se consideren aceptables. Subsiste también la incertidumbre en Washington sobre la permanencia en el poder de los hombres de Silva Herzog -claves en la negociación-: el gobernador del Banco de México, Miguel Mancera, y el jefe del equipo negociador de la deuda, Ángel Guria.

Volcker afirmó ante un comité del Congreso que no ve signos de que México vaya a declarar una moratoria, ni siquiera, temporal (1.800 millones de dólares en intereses de la deuda vencen el 1 de julio), y confió en que "pronto" habrá un acuerdo. Sin embargo, el presidente de la Reserva Federal, que negoció hace 10 días un principio de acuerdo con Silva Herzog en un viaje secreto que realizó a México, advirtió al Congreso que México y otros países latinoamericanos se están agotando en su lucha por pagar sus deudas externas. Volcker explicó que la salida de la negociación con México será muy importante para ver cómo Brasil y Argentina pagan su deuda y llevan a cabo reformas económicas internas.

Acusaciones de fraude

El presidente de la Reserva Federal (el Banco Central) elogió algunas de las reformas emprendidas por México, actitud que contrasta con las denuncias que ese país está recibiendo en unas audiencias celebradas en el Congreso, donde el senador Jesse Helms afirmó esta semana que Miguel de la Madrid fue elegido presidente de la República gracias a un fraude electoral.El tamaño del déficit, público de México -el FMI exige su reducción del actual 13% al 6% del producto interior bruto-es el principal escollo con que tropieza un acuerdo entre el Gobierno mexicano y la institución económica internacional, sin el cual la banca comercial no dará nuevos créditos a México. Si se alcanza una solución, México podría obtener un rescate financiero de unos seis millones de dólares a cargo del Banco Mundial, el FMI e incluso algunos Gobiernos occidentales. Sin embargo, Volcker descartó la posibilidad de un crédito puente de EE UU a México.

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