La ordenación de mujeres amenaza con provocar un cisma en la Iglesia de Inglaterra
La admisión al sacerdocio de mujeres en la Iglesia de Inglaterra podría causar la escisión en su seno, así como la ruptura formal entre Iglesia y Estado. Esta amenaza de división se desprende de las conclusiones de un informe interno encargado por la Iglesia a una comisión de expertos.
El informe ha sido elaborado por 2 hombres y mujeres designados por el máximo órgano de la Iglesia de Inglaterra, el Sínodo General. Este órgano supremo discutirá los principales puntos del informe en un próximo encuentro que se celebrará en York del 4 al 8 de julio. El jefe del grupo de expertos, el profesor David McClean, dijo a la agencia, Reuter que el informe había omitido intencionadamente recomendaciones concretas pero que había descrito todas las consecuencias posibles de llevar a cabo la ordenación de mujeres.Algunos obispos, han hablado con frecuencia de la posibilidad de abandonar la Iglesia si las mujeres accedieran al sacerdocio. "Es ingenuo ignorar estas afirmaciones y pretender que esto no podría llegar a ocurrir", ha afirmado el profesor David McClean.
El Sínodo votó en 1984 la abolición de una vieja tradición de dominación masculina en la Iglesia de Inglaterra -la religión estatal británica que se creó tras su separación de la Iglesia católica en 1536- y recomendó que se capacitara a las mujeres para que fueran ordenadas sacerdotes en el futuro.
No obstante, el obispo Graham Leonard de Londres y un centenar de clérigos más han declarado abiertamente que provocarían el cisma si se llevara a La práctica la ordenación sacerdotal de las mujeres. De ser una realidad el sacerdocio femenino, este sector organizaría, su propia Iglesia, en la que los sacerdotes seguirían siendo sólo hombres.
La Iglesia de Inglaterra es la institución madre de una comunidad, anglicana de 65 millones de personas en todo el mundo, pero se ha quedado muy atrás de las Iglesias hermanas de Canadá, Nueva Zelanda, Hon-Kong, Uganda y Kenia.
Todas estas Iglesias admiten que las mujeres puedan acceder al sacerdocio y de hecho ya hay mujeres ordenadas en estos países.
El informe resalta que la mayor oposición a una hipotetica ordenación de mujeres procedería de los clérigos y de algunas parroquias, muy reacias estas últimas a que el sacerdocio pierda su carácter masculino tradicional. Esta actitud negativa de las parroquias podría ser soslayada con una actitud tolerante y comprensiva hacia ellas, dándoles cierta libertad para tener o no mujeres sacerdotes. El problema más peliagudo lo plantean los propios clérigos, que rehúsan compartir el sacerdocio con las mujeres. Su negativa a reconocer a las mujeres ordenadas pondría en peligro la autoridad de los obispos. "Ésta es la principal dificultad que existe", ya que algunos podrían ser forzados a repudiar la autoridad del obispo, algo muy grave si se tiene en cuenta que todos sus actos "deben estar en comunión" con quien representa a la Iglesia de Inglaterra, señala el informe. "
"Estos obstáculos pueden conducir a algunos a separarse de la Iglesia de Inglaterra conservando la tradición anglicana", finaliza McClean. Por su parte, un portavoz de la Iglesia de Inglaterra declaró que será ésta la que tome la decisión final.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.