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DEBATE SOBRE LAS AUTOPISTAS DE PEAJE

El mito del seguro de cambio

Periódicamente, y al igual que la serpiente de mar, reaparece el tema del coste que para el Tesoro está teniendo el seguro de cambio en las autopistas de peaje. Y, periódicamente también, hay que salir explicando cosas que deberían ser ya sobradamente sabidas. El autor intenta, con esta tribuna de opinión, que esta nueva explicación pueda ser ya la última y la definitiva.

Cuando el Estado decidió construir las autopistas de peaje, también decidió que ello no se hiciera con cargo al ahorro interior, que debía quedar disponible para otras finalidades. Por tanto, impuso a los concesionarios el que la mayor parte de la financiación necesaria (en estos momentos, la totalidad) se obtuviera en divisas. Y los concesionarios lo aceptaron a regañadientes.En efecto, en aquel entonces lo cómodo, fácil y barato era financiarse en el mercado interior.

Ahora bien, si se les imponía e que pusieran todos los huevos en el mismo cesto (financiación exterior), era lógico que también pidieran el no correr el riesgo de las variaciones que a lo largo del período concesional pudieran producirse entre el valor de la peseta y el de las divisas utilizadas, ya que sobre este riesgo las concesionarias no tenían ni el menor control ni la menor capacidad de influencia, máxime cuando la Administración se reservaba, además, el derecho a determinar las monedas a ser empleadas en cada operación de crédito. Y sólo los irresponsables asumen riesgos ajenos e incontrolables. Por tanto, el seguro de cambio no fue sino la consecuencia aceptada por el Estado de la obligación que imponía a las concesionarias de financiarse fundamentalmente en el exterior y en determinadas monedas.

Es cierto que este seguro de cambio está costando dinero al Tesoro público como consecuencia, no de la actuación de las concesionarias, sino por la devaluación de nuestra peseta. Pero el dinero que paga el Tesoro no va a las concesionarias, sino al Banco de España.

En otras palabras, lo que es pérdida para el Tesoro es ganancia para el Banco de España, cuyos beneficios de fin de cada año se ingresan en el Tesoro. Por tanto, lo que sale por una vía acaba volviendo por otra.

Dicho de otro modo, el seguro de cambio de las autopistas no está costando una peseta a los contribuyentes, sino que es una operación fundamentalmente contable, que se compensa dentro de la contabilidad general del Estado.

Por otra parte, en el período 1975-1983 ha habido necesariamente que hacer entrar divisas en forma de endeudamiento exterior para compensar el déficit de nuestra balanza de pagos. Y las que no hubieran traído las autopistas las habría tenido que traer el Estado por otras vías. Y las diferencias de cambio se hubieran producido igual.

Es chocante que se hable tanto de las autopistas y no se mencionen, en cambio, las diferencias de cambio que en igual forma se han producido cuando otras entidades estatales o paraestatales, o el propio Tesoro público, han traído financiación exterior y en cuantías muy superiores.

Por último, las autopistas de peaje son una parte de la infraestructura del transporte, responsabilidad del Estado. Por consiguiente, no se trata de una iniciativa privada a la que se apoye, sino de un programa público que resuelve problemas estatales a través de la colaboración con la iniciativa privada. Por tanto, no tiene nada de extraño, sino que, por el contrario, es absolutamente lógico que el Estado respalde esta actividad, que le resuelve sus problemas de infraestructura.

José Luis Cerón es presidente de ASETA.

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