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Oferta y demanda comienzan a practicar la siesta

La indefinición de las posiciones compradoras y vendedoras ha llevado a los mercados de valores a una situación de estancamiento casi total, apoyada ayer por la acción de un numeroso grupo de trabajadores de Isodel que, con sus protestas por la situación por la que atraviesa su empresa, detuvieron la contratación durante media hora. Solventado sin problemas este pequeño incidente, la sesión volvió a tomar el ritmo por el que discurría sin que el paréntesis afectara a la evolución de las cotizaciones. El mercado se dedicó a sestear a la espera de que cualquier acontecimiento, esta vez financiero, sea capaz de sacarle de la situación en que se encuentra.El nivel de los precios impide la entrada de dinero, al tiempo que frena la salida de papel, sobre todo porque la resistencia que vienen mostrando los mercados al descenso lleva a pensar en una posible recuperación. El único problema que queda sin resolver es el del plazo, ya que seguramente habrá que esperar algunos días para que las cotizaciones puedan iniciar un cambio de tendencia. El optimismo de esta perspectiva es casi general, pues nadie parece haberse parado a pensar en la posibilidad de que la bolsa tome una orientación claramente descendente.

Mientras tanto, la contratación se mantiene en niveles muy bajos -la media de junio ya está por debajo de los 7.000 millones de pesetas efectivas- para lo que venía consiguiendo en este ejercicio, pero que de cualquier modo indica que el grado de liquidez del mercado ha aumentado mucho y se mantiene sin demasiadas dificultades. El mercado a crédito sigue, no obstante, muy bajo, pues tan sólo significa el 4,4% del total contratado, lo que es una muestra de la ausencia de perspectivas a corto plazo.

Los corros eléctricos registraron algunos tanteos, pero sin que en ninguna ocasión el dinero llevara la voz cantante, lo que empujó a estos valores a sufrir pérdidas de diversa consideración, aunque también se dieron un par de avances. El ambiente que crearon estos valores se trasladó a los demás grupos, como, por otra parte, viene siendo habitual, con lo que se sucedieron a lo largo de la mañana diversos altibajos casi siempre con predominio del papel, pero con resultados muy diferentes. Los sectores industriales consiguieron, en general, algunos avances, pero siempre muy pequeños.

Telefónica acusó el esfuerzo de la sesión anterior cediendo 1,5 enteros, después de empezar el corro mejorando su cotización anterior. Los valores bancarios también acusaron la inestabilidad, aunque los siete grandes obtuvieron resultados positivos. Cuatro repeticiones y avances entre dos y cinco enteros, gracias a unos saldos muy cortos, consiguieron estos valores, siendo lo más significativo el aumento de la contratación por encima de los 300.000 títulos, cota todavía muy baja pero que indica cierta reactivación en este sector.

Oferta y demanda se mantienen muy ajustadas, y no sólo en este grupo, dando pocas posibilidades a las cotizaciones para registrar diferencias importantes, lo que, a fin de cuentas, no hace sino alimentar nuevamente la situación de estancamiento.

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