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El Tribunal Supremo italiano anula la condena a cadena perpetua, dictada contra el jefe mafioso Michele Greco

Juan Arias

El superproceso a la Mafia que se está celebrando en Palermo acaba de recibir un duro golpe con la soprendente sentencia del Tribunal Supremo de Roma, que anuló el jueves de un plumazo la condena a cadena perpetua al capo Michele Greco como responsable del asesinato del juez Rocco Chinnici, de dos carabineros de su escolta y del portero de la casa del magistrado. La decisión del tribunal se basa, al parecer, en que no considera suficiente la confesión del gran arrepentido Tommaso Buscetta contra el jefe mafioso.

Los jueces sicilianos, que con tanta dificultad están llevando a cabo el llamado proceso del siglo, por ser la primera vez que la Mafia cae seriamente en manos de unos magistrados dispuestos a jugarse el pellejo para que triunfe la verdad, están consternados.Michele Greco, llamado el Papa y considerado el gran jefe de la Mafia palermitana, había sido condenado, primero, por el tribunal de primera instancia, a cadena perpetua, como responsable de la atroz matanza de vía Pipitone Federico, en Palermo. El tribunal de segunda instancia confirmó la sentencia. Y ahora el Tribunal Supremo ha decidido que se haga un nuevo proceso, rechazando ambas sentencias anteriores.

Pero lo más grave es que dicha decisión, tan importante, llega en el momento en el que el proceso a la Mafia de Palermo, ante cuyo banquillo Michele Greco es la principal figura, ha entrado en una fase decisiva. Si el Tribunal Supremo absuelve al Papa mafioso de un crimen por el que había recibido ya por dos veces la máxima pena, ahora les será fácil a él y a los otros acusados levantar su voz. Sobre todo porque, al parecer, la decisión tan grave del Tribunal Supremo se basa en que no bastan las acusaciones de los arrepentidos contra Greco. Y su mayor acusado había sido precisamente el famoso Tommaso Buscetta, el arrepentido de los arrepentidos, gracias al cual han podido acabar en la cárcel y procesados más de 300 miembros de la Mafia.

Es verdad que los jueces de Palermo -como ya habían manifestado a este corresponsal, empezando por Giovanni Falcone- insisten en que la importancia del proceso siciliano no se basa sólo en las confesiones de Buscetta, sino en pruebas concretas y documentadas. Pero lo cierto es que los jueces pudieron llegar a dichas pruebas gracias a las confesiones del gran arrepentido. Ahora, intentado minar la credibilidad de Buscetta y de los demás arrepentidos, es evidente que, por lo menos ante la opinión pública, el proceso recibe un buen golpe.

Preocupados por ello, los senadores comunistas que participan en la comisión anti Mafia del Parlamento presentaron ayer una interpelación parlamentaria en la que pidieron algo muy grave: que el Parlamento pueda examinar las sentencias dictadas por el Tribunal Supremo sobre la Mafia en los dos últimos años. Piden al ministro de Justicia, Mino Martinazzoli, que se puedan leer críticamente las últimas sentencias del Tribunal Supremo. Como escribía ayer Il Corriere della Sera, ahora se ha difundido "el sutil y poderoso veneno de la sospecha". La sospecha nace, según los comunistas, de que todas las decisiones sobre la Mafia emitidas últimamente por el Supremo han ido en la misma dirección absolutoria. Y citan entre ellas la del cura mafioso don Stile; el jefe de la Camorra (mafia napolitana), Giuseppe Misso, sospechoso de la matanza de la estación de Bolonia, y ahora la de Michele Greco.

El Palacio de Justicia de Roma ha reaccionado con desdén a estas sospechas, y muchos otros magistrados han puesto el grito al cielo, afirmando que se pretende algo anticonstitucional, como es procesarlas decisiones del Tribunal Supremo. Pero la verdad es que, por lo menos en el pasado, a todos ha resultado evidente que la Mafia, con su fuerza política, sus amenazas y chantajes y su dinero fácil, convenció a los tribunales, donde camorristas y mafiosos acababan siempre. Los más sospechosos e importantes han sido siempre absueltos "por insuficiencia de pruebas", o bien declarados "débiles mentales". De este modo salen de la cárcel y huyen.

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