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ARAGÓN

En libertad bajo fianza un implicado en el desfalco de 102 millones

El norteamericano John Vick Johnson, presuntamente implícado en una estafa de 102 millones de pesetas cometida, el mes de noviembre del año pasado, en la oficina central de la Caja de Ahorros de Zaragoza, Aragón y Rioja (CAZAR) -mediante la falsificación de la firma del alcalde, el interventor y el depositarlo del Ayuntamiento de Zaragoza-, abandonó ayer la pris!ón después de depositar una fianza de medio de pesetas.

Johnson fue detenido en Madrid y trasladado posteriormente ala cárcel de Zaragoza, donde se encontraba detenido otro de los presuntos implicados, Epifanio Jorge Calvo Tierno, que, a su vez, fue trasladado hace unos días a Madrid por motivos de las diligencias. Algunas fuentes han señalado, sin embargo, que Epifanio Calvo está implicado en otra estafa cometida en una empresa por un procedimiento similar al empleado en Zaragoza y cuya cuantía rondaría los 100 millones de pesetas.El caso de la estafa de la Cazar está aún sin esclarecer policialmente, pendiente de resolución judicial, y el pasado mes de abril adquirió gran notoriedad al hacerse públicas unas supuestas declaraciones de Epifanio Calvo en las que involucraba como cerebro de la operación a un alto funcionario de¡ Ayuntamiento. La corporación desmintió las supuestas declaraciones y el alcalde, el socialista Antonio González Triviño, anunció que el ayuntamiento se personará en la causa que se sigue en el proceso.

En noviembre de 1985 Epifanio Calvo se trasladó a Zaragoza con la intención de abrir la delegación de una empresa. Contrató a un equipo de personas quienes, sin saberlo, colaboraron en el cobro de los 102 millones de pesetas. El referido individuo, según la policía, simuló la voz de un funcionario del ayuntamiento, falsificó las firmas del alcalde, el interventor y el depositario y en vió a sus empleados a recoger en la oficina central de la CAZAR, mediante una carta de, pago, un cheque al portador por la citada cantidad a cobrar en el Banco de España. Les esperó en la puerta del ayuntamiento, recogió el dinero y nunca volvieron a saber más de él, hasta que le detuvo poco después la policía de Zaragoza.

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