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TERRORISMO INTERNACIONAL Y ULTRADERECHA

Fernández Ordóñez: "No quiero agravar las relaciones hispano-libias"

Francisco Fernández Ordóñez, ministro de Asuntos Exteriores, reconoció ayer la precaución que existe en el Gobierno respecto a las consecuencias de la última expulsión de libios: "No quiero hacer ninguna declaración que pueda agravar el estado de unas relaciones que pasan por un momento delicado". El titular de Asuntos Exteriores realizó estas declaraciones ayer en Madrid a su regreso de Costa Rica, donde asistió a la toma de posesión del nuevo presidente, Oscar García.

Unas horas antes habían abandonado Madrid con destino a Casablanca Saed Mohamed Alsalam Esmaiel y Ramadán Mohamed Ruheim, los dos diplomáticos libios acusados por el Gobierno español de realizar actividades contrarias al Estado, que salieron a las nueve de la mañana de ayer del aeropuerto de Madrid-Barajas.

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Tanto Saed Alsalam -acusado de organizar, junto con el militar ultraderechista Carlos Meer de Ribera, actividades involucionistas- como Ramadán Ruheim declararon en el aeropuerto que eran inocentes de las acusaciones que el Gobierno ha-vertido contra ellos en los últimos días. "Nosotros no hemos tenido implicaciones fuera de la ley. Es una campaña dirigida contra el pueblo libio y contra nuestro líder", explicó Saed Mohamed.

Respecto a estas expulsiones, Fernández Ordóñez declaró que "ningún país puede permítir que representantes de otro país en su territorio ejerzan actividades que son incompatibles con su función diplomática y, además, pueden alimentar, aunque sólo sea de forma aislada y quimérica, cualquier proyecto desestabilizador".

Los diplomáticos acusaron al "imperialismo norteamericano" de ser "el instigador de la maniobra llevada a cabo por el Gobierno español". Tomando un ejemplar de EL PAÍS de ayer, Saed aseguró que la foto estaba trucada, e insistió en que él no conocía al coronel Meer, con quien aparecía en la foto, tomada por los servicios secretos españoles.

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Antes de que llegaran al aeropuerto los dos diplomáticos, un autobús de la escuela Al Fatah trasladó a la terminal a 13 niños y a tres mujeres, familiares de los expulsados, que tomaron el mismo avión hacia Casablanca.

Españoles en Libia

Francisco Fernández Ordófiez se mantuvo en contacto a lo largo de todo el día deáyer con el embajador español en Trípoli, Ricardo Peidró, para asegurarse del estado de los casi 300 españoles que residen en aquel país. "Toda la colonia española se encuentra en buen estado, y todo permanece tranquilo por el momento", aseguró el ministro de Exteriores.

El 25 de abril, el Gobierno adoptó la primera medida después de las reuniones de La Haya, anunciando la expulsión de 11 libios.

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