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La situación aconseja un grado mayor de selectividad

Los mercados de valores españoles han decidido finalmente unirse a la corriente mundial y dedicarse a la materialización de los importantes beneficios acumulados. Sólo el nivel de los precios es la causa del fuerte empuje que han adquirido las partidas vendedoras en esta última sesión y que, por otra parte, ya se habían venido anunciando en las jornadas anteriores. La consecución de la codiciada meta del 200% se queda para mejor, y tal vez no lejana, ocasión ante el cambio de rumbo experimentado por los índices generales de las cuatro bolsas. Barcelona, el mercado con más posibilidades de seguir a Bilbao en este importante saltó, registró la caída más abultada.A pesar de la brusca caída de los precios, el dinero continúa presente en los mercados, aunque su capacidad de selección se ha agudizado sensiblemente. El mercado madrileño aún reunía 28 valores en posición de dinero sin operaciones, si bien los que se veían afectados por la situación contraria ya eran 15. Esta estrechez no es algo nuevo, pero sí que supone una novedad para los valores que inician su andadura por los mercados en estos días. Unipapel, en su primer día de parqué, registró una demanda que superaba con creces la totalidad del capital social admitido a contratación, lo que da una idea bastante aproximada de la escasez de papel que impera en las bolsas españolas. El precio de salida, 400%, ha sido considerado por especuladores e inversionistas como la visita privada de un ente milagroso, por lo que no es de extrañar que cada uno de ellos haya intentado quedarse con una buena parte de las 120.000 acciones que se ponían a disposición del mercado, hasta completar así los dos millones de acciones que se solicitaron, cuando el capital social de la compañía está compuesto por 1.600.000 acciones.

Esta tarde se conocerá el resultado de la subasta de Amper, y no parece que en esta ocasión la situación vaya a variar demasiado, pues de un precio de salida del 180% se puede pasar a cifras, de ser ciertos los rumores que han circulado por los mentideros bursátiles, que superen el 300% con bastante amplitud. Mientras, los valores tradicionales han registrado un cambio radical en la posición de los inversionistas, con la mayoría de los sectores acusando pérdidas superiores a los 2,5 puntos. La presencia de papel y la poca disposición que mostraba el dinero a comprar a los precios altos dieron lugar a una reacción en cadena que representa una pérdida insignificante en relación al nivel de los índices.

Los tres grandes pilares del mercado se inclinaron a la baja sin apenas oposición, pues sólo algunos valores aislados, y casi siempre de segunda fila, registraron avances importantes. Las eléctricas han pasado con mucha facilidad de la presión del dinero a la del papel, aunque conviene tener en cuenta que siempre hubo compradores y no surgieron problemas para fijar los cambios. Los valores bancarios acusaron una presencia más abultada de órdenes de venta y una contratación menor, al tiempo que Telefónica perdía casi la mitad de lo que ha ganado en esta semana. Los sectores industriales siguieron con facilidad este ejemplo, por lo que los avances pertenecen casi al terreno de lo anecdótico.

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