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La Farga Casanova y Forjas de Galicia constituirán un grupo de forja pesada

La Farga Casanova y Forjas de Galicia (Forgasa) están negociando la posibilidad de Regar a un acuerdo para constituir un grupo común de forja pesada común, que de llegar a incluir una potencial participación accionarial de la forja gallega en La Farga. La iniciativa, que cuenta con el visto bueno del Ministerio de Industria, aunque un portavoz del mismo ya ha anunciado que "no se prevén ayudas al viejo estilo", replantea un antiguo proyecto de reconversión sectorial que nunca llegó a cuajar, ya que ambas empresas fueron incapaces de ponerse de acuerdo entonces. Este proceso se completaría con la formación de otro grupo productor, compuesto por las empresas de forja vascas nuclearizadas en torno a Acenor.

De cuajar las negociaciones existentes entre ambas empresas, integrarían, además, el grupo Forjas de Nasarre, Afora y Fundiciones Echevarría, que participan ya en el capital social de La Farga Casanova, tras haber adquirido al Fondo de Garantía de Depósitos -La Farga estuvo vinculada al grupo industrial de Banca Catalana- el 40% de las acciones de la sociedad catalana.La idea de la formación de dos únicos grupos productores seduce en el Ministerio de Industria, ya que eso supondría una reorganización de un sector que está ahora mismo atravesando una situación de crisis.

No obstante, junto a estos dos grupos en el sector, subsistiría, como independiente, la empresa Patricio Echevarría, una de las más saneadas del sector.

Uno de los principales escollos a salvar dentro de la operación es el futuro del 25% del paquete accionarial de La Farga, que está en posesión de la empresa del Instituto Nacional de Industria, Forjas y Aceros de Reinosa.

En principio, no parece descartable que dicho paquete pudiera terminar en manos de Forgasa, pero todavía se desconoce cuál es la intención al respecto del INI.

Según fuentes de la empresa catalana, "urge alcanzar una solución para estas negociaciones, ya que de lo contrario se podría poner en peligro lo hecho hasta ahora e, incluso, la viabilidad de la propia empresa".

La Farga Casanova recibió una serie de ayudas oficiales para reconvertirse que le han permitido pasar de una situación de altas pérdidas -en torno a los 600 millones en los últimos ejercicios- a unos beneficios de explotación en el pasado ejercicio de 50 millones de pesetas.

Además, desde que se iniciara su proceso reconversor, en 1979, la empresa ha reducido su plantilla en más de 300 trabajadores y ha comprometido inversiones por importe de unos 1.000 millones de pesetas.

Saneamiento del pasivo

No obstante, como reconocen los responsables de La Farga Casanova, esta situación resulta dificil de mantener ya que todavía está pendiente uno de los aspectos más importantes de los que acordó la empresa con Industria en su día: el saneamiento de una parte importante de su pasivo.Las deudas de la empresa con el Banco de Crédito Industrial (BCI) y Hacienda y Seguridad Social, que sería la parte saneable, se elevan a unos 2.800 millones de pesetas. Por otra parte, también está congelada la concesión por parte de la Administración de 250 millones de pesetas en subvenciones, fruto de los compromisos iniciales, en tanto no se alcance un acuerdo en el proceso negociador.

La empresa también mantiene una deuda viva con instituciones financieras de otros 1.000 millones de pesetas.

Por otra parte, los responsables de La Farga Casanova recalcan que la urgencia viene determinada, además, porque "debido a esta situación de indefinición estamos encontrando ya problemas para asegurar pedidos a medio plazo, así como para intentar alcanzar acuerdos con multinacionales que nos permitieran, cuando menos, afianzarnos en el mercado de la exportación".

La empresa catalana ha mantenido contactos de este tipo con la multinacional norteamericana Sifco y con el grupo aleirnán Gerlak, aunque sin resultados positivos.

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