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COMUNIDAD VALENCIANA

Una mujer asegura que sufrió un aborto en unas dependencias policiales

Francisca Fernández Buiza, que tiene 38 años de edad y estaba embarazada de dos meses, asegura que el pasado martes sufrió un aborto en la Jefatura Superior de Policía de Valencia. La mujer y su marido habían sido trasladados a las dependencias policiales, sin estar detenidos, por un caso de tenencia ilícita de armas. Fuentes policiales han afirmado que no consta que se hubiera producido un aborto en sus dependencias.

Fuentes oficiales de la policía confirmaron que ninguno de los dos estuvo detenido y que no consta que hubiera ningún aborto. Por el momento, no ha sido presentada ninguna denuncia.Francisca Fernández, que tiene dos hijos de 15 y 16 años, aseguró a EL PAÍS que la policía detuvo, pistola en mano, a su marido poco después del mediodía del martes, mientras ambos se dedicaban a la venta de naranjas -su ocupación habitual- en la zona de Valencia conocida como Isla Perdida. Siempre según la versión de la mujer, el hombre fue esposado y ella obligada, sin estar detenida, a acompañar a los agentes; y a su marido en el coche propiedad del matrimonio, en el que se trasladaron a las dependencias de la Jefatura Superior de Policía.

La mujer, una persona con escasa preparación, que asegura que llevaba su embarazo con absoluta normalidad, afirma que la detención de su marido le produjo una gran impresión, "sobre todo cuando sacaron las pistolas y le pusieron las esposas". Francisca permaneció en la Jefatura entre cinco y seis horas, hasta las 17.30 horas. "Allí", dijo, "uno me mandó que me estuviera sentada y quieta. Otro, muy educado y arnable, me dijo que 'no había derecho' a que me tuvieran allí si no estaba detenida, sobre todo teniendo en cuenta mí embarazo".

En ese plazo de tiempo, según declaró, la tensión nerviosa le provocó el aborto: "Yo estaba muy preocupada y, de repente, empecé a echar sangre y me bajó todo. Vino una señorita, me miró y me dijo que había abortado. Estaba embarazada de dos meses".

Carlos Gómez de Ramón, jefe superior de Policía de Valencia, dijo no tener conocimiento de que ninguna mujer hubiera abortado en la Jefatura y negó que Francisca Fernández hubiese estado retenida en algún momento. "Ella", aseguró, "pidió acompañar a su marido y marchó a su casa con él el mismo día, horas después".

Según fuentes políciales, Prudencio González consta en los archivos policiales como presunto implicado en algunos delitos y ya había sido detenido con anterioridad.

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