La trama de las Torres
Una plétora de nombres ilustres ha pujado por las Torres de Jerez, del grupo Rumasa
La reprivatización de las Torres de Jerez, en el corazón de Madrid, el buque insignia inmobiliario del antiguo imperio Rumasa, ha conmocionado en las últimas semanas un sector que desde primeros de año vive una verdadera fiebre especulativa. El boom inmobiliario que disfruta Madrid ha venido a convertir a los otrora angustiados reprivatizadores de Rumasa en cortejados vendedores que de pronto disfrutan de la posición de quien tiene novios por docenas.
Hace pocos días, Emiliano Revilla, presidente de Industrias Revilla, SA, llamó por teléfono al bufete madrileño de José Mario Armero. El dueño de los famosos chorizos Revilla no estaba para bromas. "Oye, que si mis socios no quieren seguir adelante, que me lo quedo yo solo".Lo que Emiliano Revilla estaba dispuesto a quedarse eran las cinco sociedades de la división inmobiliaria de Rumasa y las llamadas Torres de Jerez, que, en plena plaza madrileña de Colón, se han convertido en uno de los signos urbanísticos de la capital de España.
Revilla había creído adivinar cierto nerviosismo por parte de sus dos socios en la oferta preparada por el bufete Armero, quizá alarmados por una publicidad con la que no contaban. La salida a la palestra de Alejandro Montaña, dueño de Transportes Montaña, ha causado cierto revuelo en La Rioja. Aunque en su tarjeta de visita figura la presidencia de las firmas Cosecheros de Rioja, Cosecheros Reunidos y Sociedad Agropecuaria de Transformación, su nombre va asociado en la zona con la propiedad de las firmas Gómez Cruzado, de Haro, y Bodegas Porres, de Cenicero. El apellido Montaña apareció en la Prensa y mentideros riojanos a primeros de julio de 1985 ligado a una presunta falsificación de cerca de 35.000 botellas de vino de rioja por parte de las Bodegas Gómez Cruzado, SA. El vino marca Honorable no era gran reserva de 1964, sino de 1976.
En cuanto a Javier Oraa, duque de la Victoria de las Amezcoas y uno de los empresarios españoles con más alta cotización, la publicidad le ha resultado molesta en esta ocasión, dada su posición de consejero delegado de General Motors en España. Oraa hubiera querido algo rápido y discreto como culminación de una bonita operación inversora para los buenos dineros de la familia.
La perfecta labor de urdimbre de José Mario Armero se ha visto culminada por el éxito tras la decisión del Consejo de Ministros del pasado viernes. Armero gana y Juan Miguel Villar Mir pierde. Y pierde por segunda vez con Armero, tras el viejo asunto de Hidro Nitro. Pero quizá, con ser mucho el mérito de Armero al meter en el mismo saco a tres personajes tan distintos -Montaña y Oraa no se conocían, y Revilla y Oraa, sólo muy ligeramente-, mayor aún es la capacidad estratégica que revela la primera oferta instrumentada por el abogado. Un verdadero encaje de bolillos.
En efecto, la primera oferta presentada por el bufete Armero incluía a Miguel Soriano, presidente de la polémica Fidecaya, que vendió al no menos polémico Edmundo Alfaro la empresa de seguros Mapfre, primera firma española del sector asegurador; la empresa francesa de construcción Dumez Travaux Publics, y el grupo suizo Granadex, SA.
El clan Trujillo
Granadex, con sede en Ginebra, es una compañía trading que controla cerca del 70% del comercio mundial de cacahuete, soja, poroto y aceites vegetales. El dueño del consorcio, con importantes intereses inmobiliarios en varias partes del mundo, es el judío Gaon, miembro de una familia de tres hermanos multimillonarios. Uno de ellos, Nessim Gaon, propietario de Noga Internacional, matriz de Noga Ibérica, dedicada también al comercio de las materias primas, tuvo hace poco serios problemas con el Gobierno de Nigeria. Entre los socios de Nessim se encuentra el español Marc Rich, que también ha optado a las Torres de Jerez. Otro Gaon tuvo la habilidad de casarse con una rica heredera de Tejas (EE UU) y vive en Dallas su retiro dorado.El Gaon dueño de Granadex mantiene en Argentina importantes intereses con la familia del ex dictador de la República Dominicana Leónidas Trujillo. La presencia de los Trujillo en la primera oferta Armero ha sido un lugar común durante las últimas semanas en determinados círculos madrileños. Hasta la semana pasada, en instancias de la propia Irsa, el nombre de los Trujillo ha querido verse emboscado tras alguno de los nuevos integrantes de la segunda oferta. Esta insinuación ha sido rotundamente desmentida por el bufete Armero.
La primera oferta Armero al Patrimonio del Estado por las cinco sociedades de la división inmobiliaria de Rumasa (Irsa, SA; Portic, SA; Vinar, SA; Mas Camarena, SA, e Inmuebles Deportivos, SA) más las Torres de Jerez, propiedad de Rumasina, SA, consistía en el pago de 2.285 millones de pese tas por la división y 2.900 millones por las Torres. Y la bomba: Armero, abogado de Miguel Soriano Carrasco, se comprometía a renunciar a todas las acciones legales que pudieran corresponderle contra Fidecaya -traspasada por su último dueño, Edmundo Alfaro, a los brazos acogedores de José María Ruiz-Mateos y su Rumasa-. Miguel Soriano posee cerca de 950 millones en letras avaladas por Fidecaya -algunas actualmente en proceso de ejecución Judicial- y Cédulas Fidecaya corno forma de pago de la operación, de forma que le cabe la posibilidad legal de la retroacción tras solicitar la quiebra de Fidecaya, con lo que la compra de ésta por Rumasa sería nula y toda la operación reprivatizadora de Rumasa se complicaría más si cabe.
Dado el calado del portaviones que Armero pretendía colar como un simple barquito de recreo, en el Patrimonio se asustaron mucho y decidieron cerrarse en banda Además, la cosa estaba clara: el boom inmobiliario era un hecho palpable en Madrid. A las Torres les salían los novios por docenas: Marc Rich; Hans Langner y su ubicua Transworld Constructions -compradores previos de Hispano Alemana-; La Caixa Catalana, y muchos otros que han logrado seguir en el anonimato. Por fin había llegado el momento de vender algo bien. Había que apretar las tuercas.
Y así fue que el Patrimonio abrió una segunda ronda de ofertas con dos importantes condiciones previas. Un pago inicial mínimo de 3.000 millones de pesetas, que curiosamente corresponde con el precio fijado por las Torres de Jerez, y garantías suficientes, "preferiblemente bancarias", en el caso de aplazamientos de pago.
A Granadex, las nuevas condiciones le parecieron excesivas, y Mario Armero tuvo que aplicarse a la frenética tarea de instrumentar otra oferta. La nueva, con un pago total actualizado de 7.901 millones de pesetas, mejora en 2.716 millones a la primitiva.
Pero otro tanto ha ocurrido con el resto de las ofertas. La del grupo alemán B+13 Inmobilien AG, una de las ocho evaluadas por los hombres del Patrimonio, y en la que participan la Compañía Madrileña de Urbanización, SA, y Estructuras y Contratas, SA, ofrecía el pago de 10.259 millones de pesetas en seis años, con un valor actualizado al 97. de 8.185 millones de pesetas.
Pierde el mejor
Por no hablar de los 12.050 millones, con pago al contado de 3.050, ofertados a siete años por el filipino Enrique Zobel, claramente la mejor oferta desde el punto de vista numérico. Desde siempre, la oferta Zobel, presentada por el ex ministro Juan Miguel Villar Mir, amigo íntimo del magnate filipino, se presentó como la más seria candidata a quedarse con el paquete.Pero Enrique Zobel, según los expertos mundiales en plutografía -término acuñado por Tom Wolfe para calificar la nueva moda de escribir sobre los ricos-, una de las 10 mayores fortunas del planeta, se ha llevado un chasco en España. La tarjeta de visita de Zobel en la Península es la Urbanización Sotogrande, en Málaga. Allí la Financiera Sotogrande, SA, constituida en 1963, es propiedad al 100% de la familia Zobel. En la otra sociedad de la urbanización, Puerto de Sotogrande, SA, la familia Zobel ostenta el 44% del capital. La familia Zobel participa también en Cervezas San Miguel.
Pero Enrique Zobel, además del hombre más rico de Filipinas, con un grupo especialmente fuerte en los sectores financieros e inmobiliarios, es un hombre público habilidoso que ha sabido tomar parte activa en el cambio político ocurrido en Filipinas. La avioneta electoral que sirvió a Cory Aquino durante toda su campaña fue una avioneta cedida por Enrique. Las letras "Zobel-Ayala" que lucía el aparato fueron cambiadas por un "Cory for President" y a volar.
¿Por qué ha perdido Enrique Zobel? ¿Miedo del Gobierno a otro extranjero adjudicatario de bienes de Rumasa? Un misterio que Carlos Solchaga algún día contará.
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