Aumenta el riesgo de inundaciones en Olivares ante el avance de la lengua de tierra
La situación de la localidad granadina de Olivares continúa siendo desesperada ante el avance de una lengua de tierra de unos dos kilómetros de longitud que hasta el momento ha podido con todos los ingenios ideados por los técnicos de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir para prevenir un atascamiento del río Velillos. No obstante, en el día de ayer comenzaron los trabajos para construir dos aliviaderos, a distintas cotas de altura, para desaguar el río y prevenir inundaciones.
Uno de ellos desembocará en una acequia situada en la parte más alta del pueblo -que tiene 1.000 habitantes-, y el otro transcurrirá a través de una calle de la localidad, paralela al Ocauce fluvial, ocupada en principio por un grupo de viviendas, que quizá tengan que ser demolidas en las próximas horas. Miembros del Ejército lograron conectar el barrio del Cerrillo con el resto de Olivares a través de una pasarela. El corrimiento sigue manteniéndose a la velocidad de un metro y medio por hora en una de las lenguas -la que discurre hacia el río Velillos- que ya ha alcanzado un frente de 50 metros, y de 60 centímetros por hora, en la lengua que discurre hacia el barrio del Arenal, evacuado el viernes y en cuyas casas se apreciaban ayer grandes grietas.Los intentos de la Guardia Civil por impedir la aglomeración de curiosos en las inmediaciones, ansiosos de ver por ellos mismos el fenómeno, son infructosos. Una flota de 17 camiones está intentando el traslado de la arena acumulada en el cauce del río. Los tubos para encauzar el agua, de 20 metros de largo y uno de diámetro, sólo resistieron dos horas la presión de parte de los 15 millones de metros cúbicos de tierra en que se calcula el volumen del material desprendido.
La retirada está impidiendo de momento que quede obstruido el cauce y se produzcan inundaciones. Las aguas, según las zonas, podrían elevarse entre 10 y 15 metros en caso de oclusión.
Visitas de políticos
Mientras tanto, políticos de todo signo se pasean de un lado para otro del pueblo haciendo ostensible su presencia y dando consejo a los siniestrados e interesándose por las medidas de seguridad. El barrio del Arenal, el más próximo a la zona de los corrimientos, se da por perdido. La altura de la masa de tierra, en determinadas zonas, llega a los 40 metros. La velocidad del desplazamiento, sin embargo, parece que ha remitido.En las obras permanentes de desescombro participan 25 obreros, en tres turnos de ocho horas cada uno, de la empresa constructora de un pantano en la cercana localidad de Colomera, cuyos trabajos han quedado paralizados. Asimismo se encuentran varios maquinistas, tres técnicos y un capataz. Entre la maquinaria figuran dos excavadoras, dos palas y una retroexcavadora, además de un equipo electrógeno y compresores. Por el momento se ignora por cuánto tiempo podrá permanecer expedito el río Velillos.
En el supuesto de que la situación de agravase y se atorase el cauce, es posible que fuera necesario volar, por explosión controlada, los dos puentes que unen al pueblo para evitar que fueran arrasados por las aguas desbordadas. Los técnicos llegan a considerar el riesgo según Europa Press, de que a los ocho millones de metros cúbicos de tierra desplazada se sume un millón más proveniente de la falda de la sierra de Hachos y del propio barranco del Hundidero. Se teme que los terrenos laterales, que hasta ahora no se han visto afectados, caigan en el deslizamiento a medida que el barranco de origen se haga más grande.
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