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Muerte a golpes de un hombre que tenía en su domicilio heroína y cocaína

Agustín Herráiz Morán, de 58 años, sin trabajo fijo, fue muerto a golpes el jueves por la noche en su domicilio, en la calle de Valdesequillo, número 6, sexto C, en el barrio madrileño de Peña Grande, en presencia de la mujer con la que vivía. Un joven ha sido detenido por la policía como presunto autor del crimen, indicaron anoche fuentes policiales. La información de la Jefatura Superior de Policía precisa que en la vivienda fueron encontradas "varias dosis de heroína y cocaína". Según fuentes vecinales, hace un año que se produjo otra intervención policial en la misma casa por "cuestiones de drogas, joyas y dinero".A las diez de la noche del pasado jueves, los gritos de una mujer alertaron a varios vecinos. La mujer pedía una ambulancia y la presencia de agentes. El presidente de la comunidad de vecinos, Antonio de la Vega, avisó a la policía. Minutos después llegó un coche patrulla.

Agustín Herráiz ingresó cadáver en la clínica Puerta de Hierro, donde le fueron apreciadas numerosas contusiones en la cabeza, según la información policial, que no ha facilitado la identificación del objeto con el que se causó el homicidio.

Drogas hace un año

La Jefatura Superior de Policía indicó posteriormente que "se ha practicado la detención de un joven sospechoso y continúan las investigaciones".La misma fuente informativa indicó que en la vivienda se encontraron "diversas dosis de droga, heroína y cocaína", pero no precisaron la cantidad. Tampoco aclararon algunos apuntes hechos por los vecinos en relación con otra intérvención policial en el mismo piso, hace aproximadamente un año, "por asuntos de drogas, joyas y dinero", recuerdan los vecinos.

Agustín Herráiz no tenía profesión fija, coinciden en señalar vecinos y policía. Había sido operado de un tumor de laringe. Era vecino de esta vivienda desde hace dos años, en que se construyó el inmueble, y vivía en ella con una mujer de unos 25 años de edad -indican fuentes vecinales-, cuya identidad no es conocida por el vecindario ni ha sido facilitada por la policía.

"Con frecuencia se oían golpes y ruidos, a veces producidos por unos niños, sobrinos de la esposa o compañera de Herráiz", señalan los vecinos. Por esta razón, los más próximos a la casa de Herráiz no dieron importancia a los golpes que escucharon "durante unos 15 minutos" antes de que se oyeran gritos de petición de auxilio en la escalera, indica una joven domiciliada en el piso inferior de la víctima. Ningún vecino vio huir a nadie de la vivienda del fallecido.

Fuentes oficiales de la policía añadieron anoche que "no se decarta la posibilidad de que el crimen esté relacionado con el tráfico de drogas".

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