Centenares de eslavos piden en Belgrado menor autonomía de los albaneses en Kosovo

Kosovo y el nacionalismo siguen siendo el talón de Aquiles de Yugoslavia, más dislocador todavía que la crisis económica, a seis años de la muerte de Tito. Unos 500 eslavos kosovares, que piden el recorte de la amplia autonomía que Tito concedió a la mayoría albanesa de Kosovo, llegaron ayer a manifestarse en Belgrado, pese a las advertencias de Iván Stambolich, presidente de los comunistas de Serbia, la mayor de las seis repúblicas yugoslavas.

La región autónoma de Kosovo está habitada en un 80% por albaneses y en menos de un 15% por eslavos, serbios y montenegrinos.

Los principales accesos a la capital yugoslava, incluida la estación del ferrocarril, estaban discretamente intervenidos por fuerzas de la policía. Hubo furgonetas antidisturbios cerca de la Asamblea Federal y en otros puntos de Belgrado.

A su llegada a la estación, los manifestantes pactaron con las autoridades. Todos se dirigieron en silencio al Centro Sava, palacio de congresos situado lejos del centro urbano y de la Asamblea. Una vez allí, instaron a que la República de Serbia presionara sobre la región autónoma en favor de sus demandas. Al ser en ella minoría los eslavos, la mayoría albanesa controla la red de mandos políticos, y desde hace 20 años los eslavos se resienten de la pérdida de su estatuto de igualdad.