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El Ministerio británico de Exteriores resta importancia al paso del 'Dédalo' por aguas próximas a Gibraltar

El Foreign Office confirmó ayer que el portaaeronaves de la Armada española Dédalo había violado el pasado marzo las aguas territoriales británicas frente a Gibraltar -una jurisdicción no reconocida por España-, pero, al mismo tiempo, intentó restarle importancia al asunto. Un diplomático británico presentó ayer en Madrid un documento en el que se protesta por el incidente, a menos de tres semanas del viaje al Reino Unido de los Reyes de España -la primera visita de Estado en 81 años- por invitación de la reina Isabel II.

A este respecto, dos diputados conservadores, uno de ellos el jefe del lobby gibraltareño en el Parlamento británico, pidieron ayer la cancelación de la visita de los reyes Juan Carlos y Sofía al Reino Unido mientras España "no se disculpe oficialmente" por la pretendida violación de las aguas de Gibraltar por el portahelicópteros Dédalo.En declaraciones a la agencia nacional británica Press Association, los diputados del Partido Conservador John Stokies y Albert McQuarrie, este último presidente del lobby o grupo de presión gibraltareño en la Cámara de los Comunes, anunciaron su intención de interpelar al secretario del Foreign Office, sir Geoffrey Howe, sobre el incidente tan pronto se reanuden las sesiones parlamentarias la próxima semana, después de las vacaciones.

McQuarrie manifestó que la visita de los Reyes debía cancelarse hasta que España presentase disculpas oficialmente por el incidente. En círculos diplomáticos españoles se interpreta que la petición de los diputados conservadores no es sino un reflejo del disgusto que reina entre los círculos dirigentes de la colonia de Gibraltar a causa de la visita de los Reyes a Inglaterra, que supone un reencuentro entre la Corona española y la británica.

Igualmente, se señala que la agencia Press Association ha subrayado en una noticia que los Príncipes de Gales recibirán a los Reyes de España en el aeropuerto de Heathrow a pesar de que éstos se negaron a asistir a su boda como protesta por la inclusión de Gibraltar en su viaje de novios.

Por su parte, el diario conservador Daily Express, el periódico más nostálgico en Fleet Street de los días del imperio, publicó ayer la noticia del incidente en su primera página y pretendió que la violación de las aguas de Gibraltar fue "un intento de oficiales rebeldes [textual] de la Marina española para hacer naufragar la primera visita oficial al Reino Unido del rey Juan Carlos".

En su reunión diaria con los periodistas, un portavoz del Foreign Office calificó la información del Daily Express de "absurda". El periódico afirma que el Dédalo, cuyo nombre equivoca una y otra vez llamándole el Delado, llegó a encontrarse "a unas pocas yardas del fin de la pista de aterrizaje del aeropuerto y muy cerca de instalaciones militares delicadas". Con una literatura digna de la época victoriana, el Express dice que "las fuerzas británicas, aunque se encontraban en una alerta total, se abstuvieron de tomar represalias". El periódico pretende que el Gobierno español "está buscando a los responsables de la conspiración" y que "podrían producirse algunas acusaciones de motín".

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La protesta del Ministerio de Asuntos Exteriores británico parece que se basa principalmente en que dos helicópteros salieron del Dédalo y sobrevolaron aguas de soberanía británica.

Por otra parte, según ha sabido EL PAÍS, un alto funcionario del Foreign Office con categoría de director general trató de quitar importancia al incidente en conversación telefónica con el embajador de España en Londres, José Joaquín Puig de la Bellacasa. El funcionario puso de manifiesto a Puig de la Bellacasa que el Gobierno británico no tenía ninguna intención de explotar el incidente y mucho menos de iniciar una escalada con él. Esta tesis fue confirmada a EL PAÍS por un portavoz del Ministerio del Foreign Office.

En Madrid, la OID señaló que un consejero de la Embajada británica en España entregó ayer a Fermín Prieto Castro, jefe del departamento de Gibraltar de la dirección general de Europa del Ministerio español de Exteriores, en el palacio de Santa Cruz, un aide memoire (en el lenguaje diplomático, un documento menos importante que la nota verbal) sobre el incidente. Un portavoz del Foreign Office confirmó en Londres que el documento había sido discutido el día anterior en una visita previa hecha por el embajador británico en Madrid, lord Nicholas Gordon-Lennox.

El hecho de que el aide memoire fuera presentado por un funcionario de la Embajada y no por el embajador ha sido interpretado como una muestra del deseo de Londres de restar importancia al incidente. Sin embargo, el portavoz del Foreign Office no negó a EL PAÍS que la presentación del aide memoire equivaliese a una protesta. Fuentes españolas subrayaron, empero, que se dijo al funcionario británico que no se entendía el contenido del texto como una protesta. La aparente contradicción entre los lenguajes empleados por el alto funcionario que habló con el embajador y el portavoz hay que atribuirla a la presión que puede ejercer la Prensa más conservadora, con tiradas millonarias.

La información en poder del Foreign Office, procedente de las autoridades militares de la Roca, es que en la madrugada del 20 al 21 de marzo, concretamente a las 2.30, el Dédalo penetró "sin autorización" en aguas de Gibraltar, aguas que abandonó después de permanecer en ellas entre 15 y 20 minutos. Aparentemente, el Dédalo cambió de rumbo a la altura de Punta Europa, cuando se encontraba navegando entre Ceuta y Cádiz.

España no reconoce jurisdicción alguna a los británicos en las aguas que rodean el Peñón, de acuerdo con lo establecido en agosto de 1713 en el artículo 10º del Tratado de Utrecht, hasta ahora el único documento internacional que liga a los dos países sobre Gibraltar. Una fuente de la Embajada británica en Madrid señaló que las aguas territoriales en la zona abarcan tres millas.

El Ministerio de Defensa español se negó a hacer comentarios y remitió a la información del de Asuntos Exteriores.

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