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Entrevista:

"El problema es la gestión de las reformas", dice, el ex 'cerebro' económico del Gobierno socialista

ENVIADO ESPECIALEl socialismo francés ha vuelto a la oposición tras cinco años de ejercicio sensato del poder; esto es, practicando una política que en lo esencial se asemejó a la de los conservadores liberales o socialdemócratas de los demás países del mundo occidental; tal gestión ha significado el derrumbamiento de la mitología tradicional de la izquierda, que sirvió socialismo francés de base ideológica-programática a lo largo de los 25 años de oposición al gaullismo-giscardismo. Lo difícil no es hacer reformas, sino realizar una buena gestión, dice André Gauron, que fue un alto funcionario en el Ministerio de Economia y Hacienda socialista.

Gauron es un parisiense de 42 años que junto al ministro de Economía y Finanzas Pierre Béregoboy, ha sido el más directo participe de los dos milagros más sonados de la gestión socialista: rebajar la inflación del 14% al 4% y equilibrar las cuentas de la seguridad social.

Pregunta. ¿Qué va a ocurrir ahora con esta izquierda francesa que en los años sesenta y setenta, desde la oposición, predicaba "la ruptura con el capitalismo" para después, desde el poder, hacer casi lo mismo que los demás en Europa occidental?

Respuesta. La izquierda, en estos cinco años de poder, ha aprendido algo muy importante: que no sólo hay que hacer reformas, sino que hay que conocer la gestión en todos los sectores. Las reformas, como las nacionalizaciones, por ejemplo, son fáciles de hacer, pero después hay que traducir su gestión en la vida de cada día. Éste es el problema y esto es lo que ha aprendido la izquierda. Y más aún: las reformas no son eternas, sino que hay que rehacerlas constantemente.

P. Pero incluso esas reformas que ha hecho la izquierda puede hacerlas la derecha; por ejemplo, la contracepción la legalizó la derecha.

R. La derecha es conservadora por naturaleza y no puede reformar. Un ejemplo: el audiovisual tiene que respaldarse con una industria tecnológica, y la derecha puede hacer eso, sí; pero sus opciones serán diferentes porque su idea de la sociedad es diferente.

P. ¿Qué valores puede exhibir hoy la izquierda?

R. La igualdad de posibilidades, las libertades, la solidaridad. Y esto porque muchos continúan creyendo que es el Estado quien debe defender esos valores.

El problema del socialismo

P. Concretamente, ahora que la izquierda se encuentra de nuevo en el banquillo de la oposición, ¿qué va a ofertar a los franceses para retornar al poder?

R. Lo más fácil de hacer (y éste es el problema) consistirá en definirse como oposición a la derecha. Lo complicado y difícil será ofertar algo creativo. De todos modos, algo es totalmente cierto: se acabó la cultura de la protesta; hay que montar a caballo de la cultura de la propuesta. Es el gran problema del socialismo moderno.

P. ¿Cómo es posible que una fuerza política que se define poco menos que como (depositaria de la verdad se haya equivocado tan rotundamente, defendiendo durante los casi 25 años que estuvo en la oposición un programa que se reveló superado al llegar al poder?

R. Éste es el problema de la oposición cuando esa situación se prolonga. Cuando se llega al poder se da uno cuenta de que ha estado defendiendo el proyecto del pasado y no el del futuro. También es cosa de generaciones. Pierre Mauroy, pongamos por caso, realizó leyes viejas, mientras Jack Lang promulgó las jóvenes.

P. A propósito de generaciones, ¿piensa usted que la izquierda francesa se ha clarificado con sus cinco años de vida en el poder?

R. No, aún va a haber divisiones a propósito de la significación del dinero, del papel del Estado, del mercado. La izquierda de este país aún tiene que explicarse consigo misma. En estos años de poder se ha visto que el Gobierno ha aportado más que el partido [el Partido Socialista]. Y el público también es más sensible a los tiempos, va más lejos.

P. ¿Qué va a aportar el Gobierno de derecha?

R. Ya lo veremos en los próximos consejos de ministros, pero a la vista del Gobierno de Jacques Chirac yo creo ver el retorno de la revancha, de la guerra civil fría.

P. En este Gobierno de cohabitación ¿cuál es la fuerza de Mitterrand, representante de la izquierda, frente al Gobierno conservador liberal?

R. El respeto de la Constitución; y si la oposición se desune...

P. ¿Va a durar la Constitución?

R. Eso ya se verá. De momento se ha puesto en marcha, 31 funciona. Que dure o no depende más del Gobierno de Chirac que del presidente, porque: éste hará lo que debe hacer.

P. ¿Qué va a ocurrir con el nuevo ministro de agricultura, François Guillaume, el gran enemigo de la adhesión española a la Comunidad Europea?

R. No pasará nada; no habrá renegociación de los tratados con España. Hay que tener en cuenta, además, que los industriales franceses, en contra de los agricultores, son partidarios de una España integrada en la Comunidad.

P. ¿Existe alguna posibilidad de que el Partido Socialista, en la oposición, vuelva a sus antiguas querencias marxistas o izquierdistas?

R. Mire usted, el problema que hoy se plantea el Partido Socialista es llegar a captar al 40% de electorado, y eso no será posible si se recula.

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