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Optimismo empresarial tras la visita de una delegación de la CEOE a la Union Soviética

Pilar Bonet

La visita de una delegación de la CEOE a Moscú era valorada positivamente por su presidente, José María Cuevas, pese a que su éxito no podía traducirse directamente en el volumen de contratos firmados estos días ni los interlocutores soviéticos fueron del rango jerárquico deseado por los empresarios españoles. La visita, que duró tres días y medio, concluyó el pasado miércoles.

Representantes de 46 empresas y de cuatro bancos (Bilbao, Hispano Americano, Exterior y Central) formaban parte de la delegación española, la de mayor nivel que ha visitado la URSS por la amplitud de su espectro y por la importancia de las empresas representadas. Se trata de la presentación más completa realizada hasta ahora en la URSS de España como potencia industrial de tipo medio capaz de competir en diversas ramas con otros países avanzados occidentales con más tradición en el mercado soviético.España, que llegó hace algo más de una década a este mercado, vende a la URSS menos de un 2% de su volumen de exportaciones. En 1985 el volumen de importación española de la URSS fue de 381 millones de dólares y las exportaciones superaron los 439 millones de dólares, situándose por primera vez por encima de las importaciones, debido a la disminución de la proporción de crudo en las importaciones procedentes de la URSS.

La visita de los empresarios, que dirigía José María Cuevas, quedó enmarcada en dos coordenadas que dificultan hoy por hoy un aumento sustancial del intercambio económico. Por parte española están las dificultades para ofrecer facilidades de financiación. Por parte soviética hay una cierta parálisis en la adjudicación de nuevos pedidos e incluso en la continuación de proyectos ya estudiados. Los expertos económicos occidentales atribuyen esta parálisis a una menor disponibilidad de divisas motivada por la disminución de los ingresos por la venta del crudo.

Durante su estancia en Moscú la delegación española fraccionada en grupos, mantuvo 180 reuniones con los interlocutores soviéticos: representantes de empresas de comercio exterior, ministerios, Banco de Comercio Exterior (Bnestorbank), entre otros. Las empresas productoras soviéticas como tales no tienen en la URSS capacidad para establecer relaciones directas con otras empresas de países de economía libre de mercado. No se prevé una reforma en este terreno, y las operaciones de comercio se centralizan a través de Moscú.

Las condiciones de financiación en España se revelaron como el talón de Aquiles de proyectos capaces de competir internacionalmente por sus características técnicas y precio, en opinión generalizada en medios de la delgación. José María Cuevas consideró la financiación como uno de los problemas más graves de los empresarios españoles para "crecer en los mercados internacionales", e instó al Gobierno a mostrar sensibilidad ante este tema.

España, que es signataria del consenso de la OCDE sobre financiación, no puede permitirse los tipos de interés que la URSS está dispuesta a pagar para líneas de crédito en pesetas, y que son de hasta un 7,5% para un plazo de cinco años. El problema se resolvería si se pudiera operar en otra moneda, como puede ser el marco alemán, cuyos tipos de interés son más bajos debido a su estabilidad. Las previsiones actuales permiten sólo líneas de crédito en pesetas o dólares entre la URSS y España.

El Bnestorbank y los representantes de los bancos españoles acordaron formar un comité para buscar soluciones que eviten la relegación de ofertas españolas a causa de los problemas de financiación.

Ni el líder soviético, Mijail Gorbachov, ni el jefe del Gobierno, Nikolai Rizhkov, ni otros altos cargos de la URSS, que en ocasiones reciben a empresarios norteamericanos o alemanes, recibieron a la delegación española, que fue recibida sin embargo por el vicepresidente del Consejo de Ministros, I. V. Arjipov, y por otros cargos, incluido el presidente del Bnestorbank, Ivanov. La Cámara de Comercio de la URSS, que preside Pitobranov, fue el anfitrión del grupo en el que participaban firmas de construcción como Dragados, Técnicas Reunidas o Centunión, empresas químicas, papeleras, textiles, agrícolas o de construcción de maquinaria.

Dentro de las dificultades del momento actual, marcado por los problemas en el campo del crudo, la principal fuente de divisas de la URSS, algunas empresas parecen estar más en la onda que otras. Así un proyecto de reciclaje de papel y de desperdicios ofrecido por una de las papeleras españolas despertaba gran interés en los soviéticos. Tanto más cuando la empresa podía también comprar algo a cambio, además, de permitir un ahorro de materiales. En el Comité Estatal de Relaciones Exteriores (GKBS), donde los empresarios fueron recibidos por el presidente, Konstantín Katushev, antiguo embajador en Cuba, se debatió respecto a determinados proyectos en terceros países.

Entre los contratos concretos están los conseguidos por la empresa Tudor, veterana en la URSS, donde se introdujo en 1975. Tudor ha cerrado dos contratos para la venta de acumuladores industriales y tiene otros proyectos en marcha; además espera conseguir un volumen de facturación de entre 12 y 15 millones de dólares en 1986. La empresa, que aprovechó la especial relación de India y la URSS para establecer allí una planta industrial, facilita baterías por un volumen de hasta 20 millones de dólares anuales a la URSS desde el país asiático.

Empresas con perspectivas

Buenas perspectivas hay para la empresa CAF, de Beasaín (Guipúzcoa), en tratos para vender varios centenares de vagones especiales de distintos tipos, sin que hasta ahora se haya concretado el tema, pendiente, al parecer, del organismo de planificación, el Gosplan, entidad que asigna los recursos de acuerdo con un esquema estatal de prioridades. El Gosplan parece ser el punto donde se encuentran frenados en la actualidad muchos de los proyectos que los empresarios españoles desearían ver incluidos en las previsiones soviéticas para el quinquenio 1986-1990. En el Gosplan la delegación española fue recibida a escala de jefe de protocolo, lo que supone un bajo rango en relación a las expectativas. Dentro de los proyectos de modernización de la industria ligera y el incremento del consumo parece haber un puesto para Jumberca, pendiente de contratos dentro de un plan de modernización de la industria textil, que afecta a varias plantas alrededor de Moscú, algunas de las cuales datan de principios de siglo, según un representante de la empresa.En el campo agrícola hay posibilidades en el concentrado de zumos, invernaderos y fabricación de fertilizantes, según la impresión sacada de la entrevista en el Gosagroprom, el nuevo superministerio agrícola creado bajo la égida de Gorbachov. En lo que se refiere a la técnica vinícola, las posibilidades hoy por hoy están en el mosto, para el que se han llegado a reciclar instalaciones contratadas anteriormente para la fabricación de vinos. Hay aquí un proyecto de suministro de maquinaria para una fábrica de mostos en Moldavi. Buenas perspectivas hay también para la reparación de buques, donde opera Astilleros Españoles. Un representante de la empresa opinó que el volumen de facturación, actualmente de 1.500 millones de pesetas, podía duplicarse, si se hace una oferta paquete a los soviéticos.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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