Expectativas de cambio en la cúpula del Partido Comunista de Checoslovaquia

El XVII Congreso del Partido Comunista de Checoslovaquia, que se inaugura hoy en Praga, ha abierto expectativas de cambios en la dirección del régimen checoslovaco. Por primera vez desde el fracaso de la primavera de Praga y en el marco de la renovación general de los partidos comunistas de Europa Oriental, encauzada por la llegada al poder en Moscú de Mijail Gorbachov, la dirección de los comunistas checoslovacos anunció ayer que se producirán cambios, "como ya ha sucedido en las bases".El secretario del Comité Central del partido, Mikolas Beno, manifestó ayer, en una conferencia de prensa, que "las condiciones del socialismo desarrollado en la Unión Soviética y Checoslovaquia son en muchas cuestiones idénticas" y anunció que existe "una gran gama de propuestas" de relevos en el Comité Central.

En la URSS y otros países socialistas que preparan ahora los congresos de sus respectivos partídos comunistas los preparativos habían ido acompañados de profundos cambios en la dirección. No ha sido así hasta ahora en Checos ovaquia.

El régimen checoslovaco, el más fiel émulo de la política soviética, parece disponerse ahora a seguir el camino marcado por el nuevo secretario general del PCUS. Según recalcó ayer Beno, el XXVII Congreso del PCUS tiene "gran importancia inspiradora" para los comunistas checoslovacos.

Asisten al congreso 1.560 delegados de los militantes del partido, que se cifran en 1.600.000, lo que supone cerca del 17% de la población checoslovaca. La delegación soviética está encabezada por Solomentsev, secretario del Comité Central y representante sin especial relieve en la cúpula del Kremlin.

Los periodistas occidentales asistentes al congreso recibieron en el momento de su acreditación una declaración explícita en la que eran advertidos de que no entablaran contactos con "personas que realizan actividades en contra del Estado", refiriéndose a disidentes que residen en la capital.