Cita entre desconocidos en París
Hay un destello de desafío en los ojos del presidente Mitterrand cuando mira de frente la. próxima cita que tiene con el desconocido primer ministro X. Al margen de quién sea el ganador de las próximas elecciones parlamentarías de marzo, parece que Mitterrand está determinado a quedarse donde está. Su mandato presidencial de siete años finalizará en 1988. Incluso si, tal y como los sondeos indican, uno de los dos partidos conservadores del país tiene la posibilidad de ganar una mayoría de los 577 escaños de que está compuesta la Asamblea Nacional, Mitterrand no tiene la obligación de convertirse, como lo harán sus derrotados correligionarios parlamentarios socialistas, en oposición. Una gran mayoría del pueblo francés, así lo indican las encuestas, piensa que el presidente deberá permanecer en su puesto. La Constitución de la V República permite la coexistencia de un presidente socialista y de un primer ministro conservador, incluso pese a los probables conflictos que semejante emparejamiento pudiera suscitar.De hecho, la cohabitación puede crear menos problemas de los que la gente cree. La propia palabra hace que la cosa suene a improvisación y a inadecuación: aquellos que recuerdan la fragilidad de la IV República predicen una paralización o algo peor. ( ... ) En América, donde la Casa Blanca y el Congreso pertenecen a menudo a partidos diferentes, el Gobierno federal sigue funcionando, si bien con lentitud y mala disposición. Un Gobierno francés dividido perderá su energía ejecutiva. ( ... )
Los presidentes de la V República han parecido algunas veces poderosos, pero su poder bajo la Constitución de 1958 es más cuestión de estrategia o de emergencia que de decisiones a tomar día a día. ( ... ) El presidente designa al primer ministro y tiene el mandato sobre las fuerzas armadas (y el control sobre el botón nuclear). Puede disolver el Parlamento una vez cada doce meses y también puede consultar a la opinión pública mediante la convocatoria de un referéndum. ( ... ) En casos de emergencia puede gobernar por decreto. Pero pocos son los que esperan que se tenga que llegar a ese extremo. Como se quejó ya en una ocasión Lyndon Johnson, ¿qué clase de poderes el que permite comenzar una guerra nuclear, si no se puede lograr la aprobación de un impuesto?
Para el partido socialista hay todavía esperanza. Si fuera derrotado en las próximas elecciones, tal y como parece que puede ser posible, el partido podría dividirse en una vieja izquierda y un nuevo centro socialdemócrata. Tal y como sugieren los sondeos de opinión, los socialistas seguirán siendo el más grande partido en solitario del Parlamento. Si esto ocurre así, pueden mantenerse como una oposición unida que puede volver a gobernar de nuevo.
, 15 de marzo
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