Un tribunal francés califica a ETA de asociación de malhechores

El tribunal de Bayona (Francia) establece, en una sentencia emitida ayer, que la organización ETA Militar constituye en Francia una asociación de malhechores, equiparable a los GAL y al grupo independentista vasco francés Iparretarrak. En la misma sentencia se condena a cuatro dirigentes de ETAm a la pena individual de cinco años de prisión, la más elevada de las condenas otorgadas hasta ahora a refugiados de esa organización.

La resolución del tribunal francés aporta, por vez primera, el basamento jurídico que posibilita incriminar al conjunto de los miembros de ETA refugiados en ese país. De hecho, el tribunal de Bayona ha sancionado por igual a los cuatro procesados, ateniéndose únicamente a la acusación de "constituir una asociación de malhechores", sin considerar eximentes ni agravantes individuales e interpretando que el resto de los cargos: posesión de armas o explosivos, estancia irregular y documentación falsa, es consecuencia de la pertenencia a ese colectivo de delincuentes.Los condenados son Juan Lorenzo Lasa Mitxelena, Txikierdi, considerado por la policía española y la francesa como el responsable del aparato militar; José Ramón Martínez de la Fuente, Guardia Civil; Isidro María Garalde, Mamarru, y Agustín Bergaretxe, este último de nacionalidad francesa. Los cuatro fueron detenidos en enero del pasado año en el transcurso de una operación policial en la que se desmanteló un taller dedicado a la fabricación de granadas y otros explosivos, instalado en una villa de Anglet.

La sentencia, dada a conocer ayer a las nueve de la mañana en el Palacio de Justicia de Bayona, en presencia de los cuatro procesados, corrobora la tesis expuesta por el ministerio fiscal en el juicio del pasado 28 de febrero, que identifica a ETA Militar con una asociación de malhechores que utiliza el territorio francés para atentar en otros países. El tribunal condenó además a los cuatro dirigentes de ETA Militar a residir fuera de los nueve departamentos fronterizos de Francia con España en los próximos siete años.

Los procesados, que fueron aclamados a la entrada y salida de la sala por medio centenar de refugiados, acogieron la sentencia, leída en poco más de minuto y medio, con una sonrisa forzada, sin muestra alguna de sobresalto. También Christianne Fandó y el resto del equipo de abogados de la defensa esperaban una decisión similar, tras la actitud mantenida por el tribunal durante el juicio hace dos semanas. A lo largo de la vista, el tribunal que preside Marie Teresse Ville sometió sistemáticamente a los testigos presentados por la defensa a la pregunta de si sus declaraciones justificaban, siquiera implícitamente, la utilización de la violencia.

Las continuas intervenciones de los jueces y del fiscal, acompañadas en ocasiones por gestos de incredulidad, desdibujaron el relato general de la situación en España que los testigos trataron de componer en torno a las prácticas de tortura, a la represión policial y política de Euskadi y al pretendido reconocimiento popular de los procesados, uno de los cuales, Juan Lorenzo Lasa Mitxelena, negó allí pertenecer a ETA.

Eva Forest dijo al tribunal que vivía la tortura que se aplica en España de forma masiva e indiscriminada, "más que en la época del franquismo", y que estas prácticas van dirigidas no sólo a obtener información de los detenidos, sino a atemorizar a la población. El testimonio del sociólogo Luis C. Núñez, fundamentado en el rechazo del pueblo vasco a la Constitución, fue interrumpido por la presidenta del tribunal, que le interrogó sobre las cifras reales de apoyo a la violencia. Luis C. Núñez admitió el carácter minoritario de esos apoyos y el tribunal dio por zanjado el interrogatorio.

El dirigente de Herri Batasuna, Jon Idígoras, afirmó que su testimonio reflejaba el de centenares de miles de ciudadanos vascos "que", dijo, "hoy deberían estar sentados en el banquillo de los acusados por pertenecer al Movimiento de Liberación Nacional Vasco", y añadió que este movimiento "no caerá en la indignidad del arrepentimiento".

El tribunal sólo se mostró verdaderamente interesado en el relato expuesto por Maite Lasa Mitxelena, hermana de uno de los procesados. La joven expuso en un tono emotivo una sucesión de atentados, detenciones injustificadas, torturas y amenazas a los miembros de su familia, protagonizados por el Batallón Vasco Español y por la policía, en los últimos 10 años.