Entrevista con Hassan II
(...) Si hablara a mi nieto le diría simplemente que el Sáhara ha estado ligado a Marruecos por lazos de vasallaje, y entre nosotros soberanía y vasallaje son una sola y misma cosa. Sin remontarse al diluvio, Mulay Hassan, mi bisabuelo, llegó hasta Ued Nun. No continuó más al Sur, pero envió a su chambelán para que llevara los sueldos de los altos funcionarios de la región. En verdad, el drama de Marruecos es haber tenido que entenderse con dos colonizadores: los españoles y los franceses. Si hubiéramos tenido la suerte de no tener más que uno, habríamos resuelto nuestros asuntosde Norte a Sur. Desgraciadamente hemos tenido que negociar la reunificación de Marruecos pedazo por pedazo. Después de la retirada de España de Tarfaya (10 de abril de 1958), después de Sidi Ifni (30 de junio de 1969) no quedaba más que el pedazo grande del Sáhara. Presentamos el asunto a Naciones Unidas al día siguiente de nuestra independencia. Entonces no había ni Argelia ni Mauritania, y la noción de "parte interesada" apareció más tarde. El resultado es que lo que era claro, limpio, lo que debió ser arreglado bilateralmente, como el resto, entre Marruecos y España se convirtió, como con un golpe de varita mágica, yo diría maléfica, en un tema del que se ha hecho un caso de expansionismo, de masacre, de genocidio. ( ... )Yo estimaba que no había que crear entre los dos países un punto de obsesión enfermiza. Además, Tinduf, por sí mismo, no me interesaba. Es interesante sentimentalmente, pero no constituye ni un nudo de vías estratégicas ni un lugar de paso obligado. Usted me dirá que tiene hierro y es verdad. Pero este hierro está bloqueado, si no pasa por Marruecos no puede pasar por ninguna otra parte. Finalmente, ninguna ciudad, marroquí ni argelina, merece una guerra.
En 1972 no teníamos ningún problema con Argelia. La posición de Bumedian era clara: no tenía ninguna pretensión sobre el Sáhara. Mauritania hacía todo lo posible para no tener frontera común con Marruecos. Y esta obsesión persistió en los dirigentes mauritanos hasta el famoso encuentro entre los presidentes Uld Dada y Bumedian en Colomb Béchar (11 de noviembre de 1975). El presidente Bumedian ha considerado bien injuriar al presidente Uld Dada. A partir de ese momento, Marruecos y Mauritania, por su lado, han vivido más que íntimamente. Antes, en octubre de 1974, durante la cumbre árabe de Rabat, el asunto del Sáhara estuvo sobre el tapete y el presidente Bumedian declaró en nombre de su paísi: "Para mí no hay problema en el Sáhara; Argelia considera que este asunto es sólo de Marruecos y Mauritania, ni más ni menos". Pero después, los dirigentes argelinos sacaron la tesis de la autodeterminación. "Los saharauis", sostenían, "son nuestros vecinos. No podemos hablar del derecho a la autodeterminación del pueblo vietnamita, que se encuentra a 10.000 kilómetros, y no defenderla en nuestras fronteras". Todo partió de ahí. Es el engaño del siglo. (...)
Con un asunto preciso: el Gobierno argelino debía salir de la contradicción en la que había caído. Había afirmado que no tenía pretensiones sobre el Sáhara, que no hacía más que aplicar el principio de la autodeterminación. Cuando Marruecos proclamó su acuerdo sobre la autodeterminación, los argelinos se encontraron atrapados por la realidad. Si deja ban hacer el referéndum, el asunto estaba perdido para ellos. Si lo rechazaban caían en contradicción con ellos mismos.
Pregunta. ¿Esta guerra no es una bendición en la medida en que Marruecos, dotado de un Ejéricito poderoso, podría pesar en los asuntos de la región?
Respuesta. Puedo decir sin fanfarronería que, en el plano de la guerra del desierto (no hablo de la guerra en las Ardenas o en las llanuras europeas), el Ejército marroquí es actualmente, si no el mejor, por lo menos el único en el mundo verdaderamente operacional.( ... )
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