Felipe González sugiere que la salida de la OTAN podría destruir empleo

El presidente del Gobierno, Felipe González, afirmó ayer, en una entrevista concedida a la cadena de radio Antena-3, que la salida de España de la OTAN supondría la generación de un clima de desconfianza entre los países europeos miembros de la Alianza que podría afectar a la exportación de una serie de productos con los que España sostiene ahora desarrollo industrial y puestos de trabajo.

Según González, una derrota de la tesis del Gobierno en el referéndum podría plantear "dificultades de importación de una serie de productos que se consideran sensibles y que sólo se exportan [por parte de los países miembros de la OTAN] a los países en los que se tiene confianza y que pertenecen, por consiguiente, a un círculo, a un club en el que se defienden intereses que son comunes".Felipe González agregó que votar en contra de la permanencia de España en la OTAN es defender el vínculo existente con Estados Unidos y querer la separación y la falta de relaciones con Europa. Por contra, el sí a la Alianza Atlántica es, a su juicio, mantener el vínculo con los países europeos y construir con ellos una política de paz, seguridad y desarrollo.

Consecuencias negativas

Felipe González, según la versión de Europa Press, insistió en que la salida de nuestro país de la OTAN tendría consecuencias negativas para las relaciones comerciales de España con Europa, hacia donde se dirige el 75% de nuestras exportaciones y de donde proviene igual volumen del total de las importaciones españolas, además de la tecnología y la mayor parte de las inversiones extranjeras.Aseguró que ha llegado a la conclusión de que lo mejor para España es la permanencia en la OTAN después de un análisis racional de lo que conviene a los intereses nacionales: "Frente a esta posición, los que defienden lo contrario sólo me dicen cosas pasionales; no se me da ni una sola razón que convenga realmente para romper la situación en que estamos, que es la más favorable en la que ha estado España en 150 años de historia".

Añadió que él no ve en el abandono de la Alianza Atlántica ningún factor positivo para España y que, al contrario, la permanencia en la organización reportará a nuestro país todo tipo de beneficios, sobre todo la consolidación y el reforzamiento de la política exterior española.

El presidente expresó su confianza en que, finalmente y a pesar del resultado opuesto que pronostican las últimas encuentas publicadas, la mayoría de los electores votará afirmativamente en el referéndum.

González se refirió a que, páradójicamente, hay más ciudadanos que creen que triunfará el sí, lo que puede inducir a parte del electorado a sentirse confíado y no acudir a las urnas el día 12. "Esta confianza nos puede dar la sorpresa de que el referéndum se pierda; por eso, hay que tomarlo en serio y hay que ir a votar", dijo.

El respaldo de los ciudadanos

Defendió la necesidad de la convocatoria del referéndum no sólo por un compromiso suyo y del PSOE en el programa electoral, sino porque, según él, así lo quiere un 70% de los españoles. A este respecto, afirmó que su obligación y la de todos los políticos es actuar con el respaldo de los ciudadanos.En su opinión, con esta consulta se debate por primera vez entre los ciudadanos la política exterior que se desea para España, que afecta mucho, contra lo que se pudiera pensar, a la vida cotidiana. Por otra parte, se clarifica la posición respecto a la OTAN de las fuerzas progresistas de nuestro país, "fuerzas que en Europa desean reforzar el pilar de la Alianza Atlántica para trabajar por la paz".

Por último, Felipe González reiteró que no tendrá en cuenta el porcentaje de abstención que se produzca en el referéndum.