12.000 familias han pedido un piso de promoción pública al Instituto de la Vivienda
Cerca de 12.000 expedientes, todos ellos correspondientes a personas que han solicitado, a iniciativa propia, un piso de promoción pública, esperan turno en las dependencias del Instituto de la Vivienda de Madrid (Ivima). Los ingresos medios de la mayoría de los solicitantes, que forman parte de la llamada demanda no estructurada, son cercanos a un tercio del salario mínimo interprofesional -cifrado en poco más de 40.000 pesetas-. Unas 4.000 demandas han merecido la calificación de "muy urgente", según ha declarado el director gerente del Ivima, Santiago de la Fuente
Familias afectadas por desahucios, otras que viven en condiciones de hacinamiento o que simplemente carecen de vivienda, minusválidos, mujeres maltratadas..., son varios de los casos que han merecido la calificación de "muy urgente".Estos peticionarios son instalados provisionalmente en casas prefabricadas donde sólo tienen que pagar los suministros de agua, electricidad y gas; otros son alojados en viviendas que quedan libres del patrimonio de la Comunidad de Madrid, que asumió las competencias de la delegación provincial del Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo (MOPU) en junio de 1984. En los dos últimos años, más de 700 familias accedieróli a una vivienda de promoción pública por este procedimiento.
'Demanda no estructurada'
La gran mayoría, sin embargo, tendrá que esperar todavía a 1987 para que se acaben de construir las primeras viviendas destinadas a la "demanda no estructurada", esto es, las peticiones no incluidas en las tres partidas fundamentales del Ivima: el programa de remodelación de barrios, las expropiaciones por actuaciones concretas de los Ayuntamientos y la rehabilitación de las viviendas del patrimonio del la Comunidad de Madrid.Este año comenzará la construcción de otras 600 viviendas, que estarán acabadas en poco más de dos años. El acceso a un piso de promoción pública a petición propia está regulado por la Orden Minísterial de 17 de noviembre de 1980.
Santiago de la Fuente explicó que "casi una tercera parte del presupuesto del Ivima, que el pasado año fue cercano a los 28.000 millones de pesetas, va destinado al programa de remodélación de barrios".
La eliminación del chabolismo en la periferia de Madrid, sobre todo en los distritos de Vallecas, Mediodía y Villaverde, se convierte de esta forma en el objetivo prioritario del Ivima.
Las nuevas viviendas son adquiridas por los chabolistas, que reciben una subvención sobre una parte del precio total, cuyo pago queda además aplazado hasta en 35 años y con unos intereses mínimos.
Las inversiones para satisfacer la "demanda no estructurada" queda de esta forma relegada a un segundo plano. El director gerente del Ivima reconoce: "La demanda es superior a nuestros medios, y el proceso de adjudicación de viviendas en estos casos es muy lento".
Las solicitudes precisan de la mediación de un asistente social y pueden realizarse en los locales del Ivima -calle de la Basílica, 23- o gestionarse a través de los Ayuntamientos y juntas municipales. Los datos de los peticionarios pasan entonces a unas fichas sociales que son clasificadas por orden de prioridad en la larga lista de espera.
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