Contestación a Andreu Claret
Andreu Claret interpreta, mediante una carta publicada en el diario EL PAÍS, lo acontecido en mi despacho el lunes día 24 de febrero, cuando "un grupo de ciudadanos", dice él, vino a expresar su "indignación por el tratamiento ofrecido por los telediarios de aquel fin de semana de los actos sobre el referéndum ( ... )". Puesto que Andreu Claret divulga su versión, me será permitido hacer lo propio.Asegura que tanto yo como Xavier Vidal-Folch, subdirector de Informativos, y José Antonio Gurriarán, responsable de los telediarios del fin de semana, nos sorprendimos por la visita y sus motivaciones. No es cierto. Yo afirmé que sí me sorprendía la forma en que se había producido. Ese grupo de ciudadanos acudió en nombre de la Plataforma Cívica para la Salida de España de la OTAN-, que, previamente a la cita, había convocado una concentración de pro testa ante Torrespaña para la misma hora que los organizadores unilateralmente fijaron la reunión conmigo. Ésa fue mi sorpresa, por que, como los propios dirigentes de la plataforma saben -Mohedano, Martín Pallín y otros estuvieron en mi despacho, hace unas semanas, en torno a la campaña OTAN-, no es preciso montar ninguna manifestación para intercambiar puntos de vista con la dirección de Informativos de TVE.
Parece molestar a Claret que no coincidiéramos con sus críticas. Lo lamento. La manifestación del domingo 23 en Madrid fue titular en los dos telediarios y abrió la información del Telediario 1, efectuada por dos periodistas de TVE, Carmen Corredor y Alejandro Heras Lobato. Que expliquen ellos qué manipulación desde arriba sufrieron a la hora de confeccionar la información. Por otra parte, la suma de los tiempos dedicados en los dos telediarios al bloque tendente al voto negativo y el voto orientado al sí resultó sensiblemente equilibrada.
Del mismo modo, lamento que el debate que hubiera podido ser provechoso" no satisficiera a Claret. Sin duda, lo hubiera sido si los acusados hubieran efectuado una autocrítica de acuerdo con las tesis de los fiscales. En todo caso, es falso -aunque Claret, por lo visto, sea capaz de conocer mis gustos mejor que yo- que no me gustara recordar "los tiempos cercanos en los que juntos peleábamos por la libertad de expresión y el pluralismo". No me avergüenzo de recordarlos, entre otras cosas -como imagino que le ocurre a Claret porque continúo en la misma batalla. Yo no me concedo el monopolio de esa lucha, pero no admito que la exclusiva la tenga nadie ni que nadie otorgue patentes en ese sentido.
Los Servicios Informativos de TVE organizaron recientemente una serie de programas Punto y aparte -alrededor de 14 millones de espectadores diarios- sobre el debate de la OTAN. Estuvieron todos los portavoces parlamentarios presentes, además de la Coordinadora de Organizaciones Pacifistas y la ya mencionada plataforma. Asimismo, y a iniciativa de los informativos, TVE retransmitió en directo las sesiones parlamentarias de debate en torno al referéndum y a la OTAN, como también se hizo el pasado viernes sin ir más lejos. A Claret le puede parecer insuficiente. Pero no es cierto que TVE haya ahuyentado, como trata de indicar él, el pluralismo alrededor de la OTAN.
En cuanto a la distribución de tiempos para los espacios gratuitos a la que alude, conviene recordarle que ésta es una decisión de la Junta Electoral Central, que actúa en consonancia con la legislación vigente. Televisión Española ni entra ni sale. En cambio, cronómetro en mano, no podría decir lo mismo -y si lo dijera faltaría gravemente a la verdad- en relación con las presencias del no en los telediarios, que, como nadie ignora, se emiten a horas de audiencia máxima.
Es exacto, en cambio, que me escandalicé cuando Claret habló en la reunión de la supuesta connivencia de TVE con la presunta "estrategia de] miedo en la que está empeñado el partido del Gobierno ( ... )". Pero lo que me alucinó no se refleja en la carta. Claret adujo como ejemplo el Informe semanal del sábado 22 de febrero, con motivo del quinto aniversario del 23-F. Yo, hasta la conversación con Claret, estaba firmemente convencido de que recuperar el pasado y fortalecer la memoria colectiva era un elemento inequívoco en la tarea de consolidar la democracia en este país.
Por último, Claret extrae unos párrafos de un artículo mío publicado en El Periódico de Cataluña. Escribí algunos sobre la cuestión. Sería más correcto estudiarlos en su conjunto. Él prefiere citar esos párrafos. Así se queda más tranquilo, en lugar de especular sobre lo que yo hubiera dicho ante la situación actual, a pesar de que anuncia que también cree saberlo.
Termino: envidio a mi viejo amigo Claret porque siempre parece estar en posesión de la verdad y saberlo todo. Es el privilegio de quienes parecen mantenerse en un discreto, como mínimo, dogmatismo-
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