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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Caza de mujeres

Señores: la caza de la mujer está libre de veda todo el año. Esto, que no es una sorpresa para nadie, acaba de ser confirmado por la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Barcelona, la cual absolvió a cinco hombres del delito de violación a una joven, alegando que la víctima los provocó (EL PAÍS, 11 de diciembre de 1985 y 15 de febrero de 1986). Asimismo, en Murcia, con la absolución al violador de María Carmen Olmo. Es de esperar que se haya corrido la voz, y estos mismos o algún otro se aposten por el mismo o algún otro parque, esquina o portal oscuro. Total, si a estos les ha ido bien, ¿por qué no a ellos? Ya sabíamos que para los jueces, la sociedad, la negativa de la mujer no es suficiente para reconocer que exista violación, pero ¿tampoco las lágrimas, la amenaza de una navaja, el testimonio del marido, amenazado también?, ¿tampoco las heridas, ni los vestidos desgarrados? ¿Qué solución nos queda entonces, debatirnos hasta la muerte? La magnífica y lúcida ironía de Lidia Falcón nos da la respuesta, que parece la conclusión inevitable: desistir de presentar denuncia. Parecen desear que, ya que no voluntariamente, ante la fuerza de los hechos dejemos de litigar y nos sometamos, de una vez, a la ley del macho. La prueba está en que, si conseguimos que sean condenados, sea frecuente que "el juzgador solicite en la sentencia un indulto particular, considerando que la gravedad de la pena no se correlaciona con el sentir social". (!) ¿Qué entienden por el sentir social, el hacerse eco de la misoginia y el machismo de nuestra sociedad? Con ello están ratificando todo lo que está detrás de expresiones como "¡qué más quisieras tú que te violaran!", a poco que te quejes de esta violencia, o los tan populares "¡a las mujeres les gusta que las violen!", "con lo fea (o flaca, o gorda, etcétera) que es ésa quién le va a querer violar" o los típicos chistes sobre viejecitas, solteronas y monjas que ansían ser violadas; el considerar la violación una prueba de erotismo, etcétera. ¿Es que son comprensivos los juzgadores ante las risas que se escuchan en los cines cuando en la escena se viola a una mujer? Para muchos hombres debe de ser un espectáculo de lo más emocionante. ¿O será que comprenden que muchos varones traten de emular a los protagonistas de películas S, en las cuales lo más común es que haya insultos, vejaciones y violaciones para las mujeres?-

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