La estrategia del carabao

La campaña de boicoteo y resistencia activa de la oposición al presidente filipino Marcos está siendo secundada por los más diversos sectores sociales del país. En plena crisis poselectoral, banqueros, empresarios, hombres de negocios, junto con la iglesia y las capas más pobres de la población, participan en la estrategia diseñada por Cory Aquino para llevar a la dirigente de la oposición a la presidencia de Filipinas. De momento, la respuesta pacífica de la oposición a las provocaciones de Ferdinad Marcos comienza a dar sus frutos.

ENVIADO ESPECIAL"El filipino es como el carabao tranquilo y dócil: puede hacerlo todo hasta que se cansa y arrasa" El carabao, especie de búfalo de agua, es el ejemplo que da en el curso de un almuerzo, al lado de un imponente jardín con numerosas palmeras y piscina, una de las más potentes familias del mundo económico filipino para ilustrar la situación que atraviesa el país, sumergido en plena crisis poselectoral.

La familia, descendiente de españoles, tiene sus ramas en varios sectores de los negocios. Desde la banca a las inmobiliarias. Hoy se alinean directamente detrás de la candidatura presidencial de Cory Aquino, "porque Marcos está destruyendo este país".

Son firmes partidarios de la acción no violenta para socavar los cimientos del régimen corrupto de Ferdinand Marcos, que se sostiene gracias al apoyo del Ejército y la malla de cronys, amiguetes, cuyos negocios han florecido en torno a los privilegios otorgados por Marcos.

A pesar de sus fortunas, influencia y prestigio, los millonarios que hoy militan abierta o discretamente detrás de la presidencia de Cory Aquino "no estamos exentos de presiones, que en este momento de tensión llegan hasta anónimas amenazas de muerte", dice Bea Zobel, esposa de Jaime Zobel, uno de los hombres del mundo financiero filipino que ha votado por Cory Aquino.

Convencidos de que el régimen de Marcos no puede durar, los Zobel, como tantos otros, defienden la alternativa de cambio moderado que ofrece el equipo de Cory Aquino, a la presidencia, y Salvador Laurel, a la vicepresidencia. Luchan desde sus despachos de consejos de administración, o intentando evitar el fraude en los colegios electorales, porque creen en un futuro mejor para el pueblo filipino. Un pueblo que parece haber encontrado a una líder como Cory Aquino, capaz de estimularlo para luchar en una guerra de desgaste. Al fraude, la violencia electoral y hasta el asesinato por parte de algunos seguidores de Marcos, la oposición responde con misas y con velas encendidas. Pero, por primera vez, también con la retira da de cuentas corrientes, boicoteo de productos e impago de recibos de electricidad o agua para minar la estructura de un poder económico en un sistema de crisis generalizada, contra los bancos o las empresas que se han enriquecido en torno al clan de los Marcos, al que siguen apoyando en lo que parece ser su principio del fin. "Tenemos que mantener una presión pacífica que debe ir aumentando paso a paso si Marcos se resiste en reconocer la realidad del voto popular" comenta Jaime Ongpin, presidente de la compañía minera Benguet Corporation, y uno de los principales asesores en la sombra de Cory Aquino. La oposición moderada se ha lanzado, en realidad, al asalto del palacio de Malacañang, pero con una estrategia de carabao.

Una oportunidad

"Si forzamos a nuestros seguidores y hay violencia, la Iglesia dejará de apoyarnos, la gente tendrá miedo y romperemos la fuerza del centro quemando la operación", comenta Ongpin, firme partidario, como Cory Aquino, de la resistencia pacífica y escalonada.Una estrategia que, a las dos semanas del voto fraudulento del pasado 7 de febrero, comienza a dar sus frutos, aun a riesgo de perder fuerza y no haber sabido aprovechar el momento que, según los adversarios de la línea moderada, podía haber utilizado Aquino para enviar a sus 700.000 seguidores de la manifestación -del pasado domingo día 16 al puente de Mendiola, acceso simbólico al palacio de Malacañang.

Otros grupos, a la izquierda de la coalición de partidos de la oposición agrupados en Unido, que lanzó Cory Aquino a la elección presidencial, sí pedían marchar sobre el puente de Mendiola.

"No debemos limitar la acción al boicoteo de los productos de los millonarios amigos de Marcos", dice Joe Castro, líder del grupo de izquierdas BAYAN, defensores de actitudes de protestas más radícales para desplazar a Marcos, aunque apoyan la campaña de boicoteo lanzada por Cory Aquino Militantes y seguidores de BAYAN, que dicen contar con dos millones de simpatizantes, son los que protestan casi a diario en Roxas Boulevar, frente a la Embaja da de Estados Unidos en Manila donde a veces son más numerosos los filipinos que hacen cola para obtener un visado para llegar a Estados Unidos que los manifestantes.

BAYAN, identificado por algunos analistas como un grupo infiltrado por miembros del Partido Comunista Filipino (ilegal), denuncia la "intervención de EE UU en los asuntos filipinos". Muchas veces sus seguidores van cubiertos con pañuelos en la cara, unos dicen que para evitar ser identificados, aunque en Roxas Boulevar algunos vendedores de periódicos también se tapan la cara con pañuelos para no morir por la asfixia de los incontrolados tubos de escape del tráfico rodado. Los manifestantes de BAYAN proclaman en sus pancartas "US go home", "no more Vietnams" y "dismantele US-Marcos dictatorship". ¿Son los carabaos desatados?