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EL FRAUDE SE CIERNE SOBRE FILIPINAS

La Iglesia católica filipina opta por Corazón Aquino

RAMÓ VILARÓ ENVIADO ESPECIAL, La Iglesia católica de Filipinas optó ayer por Corazón Aquino en la polémica elección presidencia¡, mientras continúan las diferencias entre la Comisión Electoral oficial (Comelec), cuyos resultados parciales dan el triunfo al actual presidente, Ferdinand Marcos, y el Movimiento de Ciudadanos para unas Elecciones Libres (Namfrel), que otorga la victoria a Corazón, Cory, Aquino. Mientras los observadores extranjeros coincidían en denunciar los numerosos casos de fraude, Marcos -de 68 años, 20 de ellos en el poder- parecía dispuesto a imponer los resultados oficiales e iniciar otro período presidencial.

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"No puedo creer que seais terroristas; sois un pueblo de paz", dijo el cardenal Jaime Sin, con su mitra verde y amarilla, ante unas 20.000 personas que llenaban ayer, en Manila, la iglesia de Baclaran y los alrededores en un acto más político que religioso. La misa-mitin reunió a dos cardenales y tres obispos y en ella se afirmó abiertamente que la Iglesia católica ha votado en Filipinas a favor de Cory Aquino y Salvador Lauren.El cardenal Sin recordó que las elecciones del pasado día 7 de este mes se celebraron bajo "intimidación, compra de voto y violencia". Lanzó un llamamiento para que el pueblo continúe la vigilancia", pero sin que se deje "provocar por la violencia", como una advertencia para evitar posibles incidentes que justifiquen una intervención del Ejército en la vida política filipina o la vuelta a la ley marcial en el autoritario régimen de Marcos.

La reconstrucción de una sociedad libre, democrática, justa y pacífica en Filipinas fue evocada claramente por el cardenal Sin, sin excluir la eventualidad de recurrir a actos pacíficos de desobediencia civil, ante el previsible litigio en un recuento de votos que oficialmente acabará probablemente dando el triunfo a Marcos.

"Bendigo a Namfrel por lo que ha hecho", acabó Sin en medio de aplausos, dando un "certificado moral" a la acción de los 500.000 ciudadanos, mayoritariamente católicos, que, incluso al precio de su muerte en dos casos, integraron una red de control para evitar que el fraude y las irregularidades fueran aún mayores que los producidos.El cardenal Sin también hizo un llamamiento a los que trabajan en el recuento oficial para que "actúen según su conciencia". Proclamar la victoria mediante engaños "sólo puede dividir a la nación", dijo el cardenal.

[Durante la misa, una pareja vio cómo un hombre dentro de la iglesia tenía escondida un arma debajo de su chaqueta, según informó un portavoz de Aquino a la agencia France Presse. Cuando la pareja llamó la atención de los de más asistentes, el sospecho se fugó con otro hombre.]

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Con el dedo pulgar y el índice formando una 'V' de la victoria, los gritos de "Cory", "Cory", "Cory1, las plegarias por las dos víctimas de Nainfrel y el cántico de Bayan ko (Mi país), decenas de miles de filipinos cantaron, rezaron y gritaron por una victoria que temen que finalmente les sea robada por un ambiente electoral con sabor de pucherazo.

El Batasang Pambansa (Parlamento filipino, absolutamente favorable a Marcos) abrirá hoy sus sesiones con la misión de proceder al recuento de los votos y validar finalmente las cifras de la Comisión Electoral que dan el triunfo al actual presidente.

Es probable que Cory Aquino lance un llamamiento a la movilización popular como réplica a unas cifras contestadas por Namfrel. El portavoz de la candidatura opositora, Rene Saguisag, dijo ayer que el recuento independiente de los votos podría terminar anoche mismo, y que, por tanto, hoy podrían iniciarse "los preparativos para la transferencia del poder". Rehusó, sin embargo, adelantar qué hará la oposición sí los resultados son desoídos por Marcos. "Esperamos que él acepte su derrota", dijo Saguisag. En vista de la tensa situación, hoy no habrá clases en el área metropolitana de Manila.

El presidente Marcos afirmó ayer, en una entrevista con la cadena de televisión norteamericana NBC, que respetará el veredicto de las urnas y que no tiene ninguna intención de anular las elecciones, al tiempo que rechazó terminantemente las acusaciones de fraude.

"Mis compatriotas no creen esas acusaciones; si lo hicieran, habría manifestaciones en las calles", dijo Marcos, quien atribuyó la lentitud del recuento a las dificultades de comunicación entre las islas.

Hume, testigo

Oficialmente parece evidente que los números darán finalmente la razón a Ferdinand Marcos y validarán unas elecciones repletas de fraudes, intimidación, violencia y a veces muertes, como confirmó ayer John Hume, de Irlanda del Norte, que presidió el grupo de personalidades de 19 países que formaron la comisión internacional de observadores.

"Lo que sorprende no es tanto la existencia de irregularidades, sino su amplitud", dijo Hume al término de la lectura de un comunicado muy crítico sobre la "validez" de un voto "cuyas anomalías, de las que nosotros hemos sido testigos fueron serias y tendrán un importante impacto en el resultado final". Dijo también que no tenían ninguna prueba de presuntos fraudes cometidos por partidarios de la oposición.

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