El juguete español inicia la revolución tecnológica

La industria española del juguete está comenzando a centrar sus esfuerzos en la aplicación de nuevas tecnologías. El objetivo es conseguir artículos más competitivos que se afiancen en los más exigentes mercados del extranjero. En parte gracias a esta nueva orientación, el sector ha conseguido remontar la crisis que padecía. Una cuarta parte de la producción nacional está destinada a la exportación, que en 1984 alcanzó la cifra de 15.278 millones de pesetas.

La 25ª edición de la Feria del Juguete, que se está celebrando en Valencia, muestra este cambio de dirección en una industria tradicional, situada en su mayor parte en el País Valenciano, especialmente en las poblaciones alicantinas de Ibi, Onil y Castalla.El punto de partida de la renovación del sector fue el informe realizado en 1983 por la firma francesa Bédaux a instancias de la Generalitat valenciana y los empresarios del sector. El informe ponía el acento en la necesidad de realizar productos más competitivos en cuanto a diseño y tecnología para poder acceder a mercados exigentes. Igualmente señalaba lo inadecuado de la atomizada estructura del sector y de la ausencia de imágenes de marca acreditadas, todo lo cual se reflejaba en una deficiente comercialización del producto.

El verdadero competidor del juguete español es el fabricado en los países de Extremo Oriente, especialmente Taiwan, Singapur y Corea, que tiene unos precios mucho más bajos. Por ello los fabricantes de nuestro país se orientan ahora hacia productos con un alto nivel de calidad, para penetrar en los mercados de los países comunitarios y Estados Unidos.

La principal iniciativa de tipo global para la renovación tecnológica del sector del juguete ha sido la reciente creación por la Generalitat valenciana del Instituto Tecnológico del Juguete, de ámbito nacional, en colaboración con la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes.

Diseño y calidad

"Se trata", explica el director general de Industria de la Generalitat, Andrés García Reche, "de un centro que tendrá el doble objetivo de realizar investigación tecnológica y expender certificados de homologación". Este último apartado es importante de cara a mercados como los europeos, que sólo aceptan productos con determinadas condiciones de diseño y no toxicidad de sus elementos.El instituto está constituido como una asociación de investigación y la Generalitat ha corrido con los gastos de instalación y se hará cargo del mantenimiento durante tres años, para cederlo posteriormente a la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes.

Pero esta pequeña revolución sectorial que está experimentando el sector juguetero no sólo afecta a la tecnología. "Es absurdo mantener por separado la política industrial y la comercial", asegura el conseller de Industria, Comercio y Turismo de la Generalitat valenciana, Segundo Bru.

Así lo han entendido algunos fabricantes y, por ejemplo, de esta manera lo hace el grupo Barval, al que pertenecen seis empresas que no sólo exponen conjuntamente sus productos, sino que han creado empresas comercializadoras en el extranjero. "Tenernos una en Inglaterra y otra en Miami", dice Pedro Moltó, un empresario de Ibi perteneciente al grupo.

Por su parte, el presidente de la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes, José Antonio Moltó, señala: "Los fabricantes están haciendo esfuerzos muy importantes por desarrollar líneas de producto con un nivel de calidad suficiente como para ser competitivas en mercados importantes y duros como son los europeos y el americano, especialmente este último, que es el más competitivo. Lo que no podemos es competir con los países de Extremo Oriente".

Para Salvador Miró, director general de la asociación de fabricantes, una actualización del anterior informe que ha hecho la firma Bédaux "apunta favorablemente a la evolución del sector desde 1982 hasta el 31 de diciembre de 1984. En 1984 se desarrollaron mucho las exportaciones, si bien luego, en 1985, no han ido al mismo ritmo. No obstante, se puede decir que se ha consolidado esa tendencia. Actualmente, un país tan exigente como Estados Unidos es nuestro segundo mercado importador, después de Francia, que siempre fue el primero".

Mayor productividad

"En 1982", dice José Antonio Moltó, "la producción hombre-año estaba en unos cuatro millones de pesetas, y en 1984 superó los 6,5 millones. Ésa es una prueba de que ha habido un esfuerzo importante". El informe actualizado de Bédaux indica que las exportaciones españolas de juguetes en 1984 alcanzan la cifra récord de 15.278 millones de pesetas, que representan el 25% del total de la producción nacional y un incremento del 92% sobre la cifra de exportaciones de 1982".El censo total de trabajadores del sector, según cifras de 1984, es de 9.184. De entre ellos, 8.387 son fijos de plantilla, y 797, temporales o eventuales. Hubo un descenso de un 12% en la plantilla fija y un incremento de un 16% en los temporales. De acuerdo con el informe, ello revela "la tendencia a reducir cargas y riesgos".

Por lo que respecta a las empresas, a 31 de diciembre de 1981 el censo estaba constituido por 314, de las que 172 tienen de uno a 10 empleados, y sólo seis más de 200. El estudio recomienda la "creación de entidades con la dimensión adecuada para potenciar la competitividad global" con el fin de que actúen a modo de locomotoras del sector. Igualmente se habrán de elaborar "políticas indicativas orientadas a reestructurar la distribución comercial".