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Normalidad en la escuela Severo Ochoa tras el rechazo inicial

"Los niños gitanos están hoy día perfectamente integrados en el colegio y no ha habido ningún problema de convivencia", afirma Delfín García, director del Severo Ochoa, un centro escolar público que en enero de 1985 fue noticia en toda España por la oposición de un numeroso grupo de padres a que sus hijos compartieran las clases con un grupo de 35 niños gitanos, hijos ue las familias que habitan un poblado de chabolas cercano al barrio.Fue necesaria la presencia de la Policía Municipal y Nacional para evitar que los incidentes acabaran en tragedia. Los ánimos estaban excitados de antemano por los enfrentamientos de meses anteriores entre vecinos del barrio y gitanos del poblado próximo, en su mayoría portugueses, a los que los vecinos acusaban de resultar peligrosos.

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Un año después, los padres de los alumnos continúan insistiendo en que la opinión pública no entendió su actitud. "No se trata", dijeron en su momento, "de que no queramos que los gitanos se escolaricen, sino de que lo hagan todos en bloque en el mismo colegio". La asociación de vecinos, la dirección del centro y las autoridades de Educación defendieron el derecho constitucional de los niños a ingresar en un centro público.

Un recuerdo

Hoy el conflicto es sólo un recuerdo. Los niños gitanos, afirmó Delfín García, han aumentado su número a algo más de 50. Cuatro o cinco han entrado este curso a preescolar, y otros tantos a primero de EGB. Con éstos no hay problema. Van directamente a las clases que les corresponden por su edad. El problema son los de edades superiores, que llegan con 10 y 11 años sin saber leer ni escribir y no pueden seguir el ritmo de sus compañeros.

En este caso, afirmó el director, participan con el resto de la clase en las actividades que no exigen unos conocimientos previos, como puede ser gimnasia, religión o ética. En otras asignaturas, como matemáticas, estudian con dos profesores de apoyo, enviados por la Dirección Provincial de Educación, encargados explícitamente de solucionar su retraso escolar.

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