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La ausencia de Líbano del líder de Amal frena las gestiones españolas sobre el triple secuestro

El secuestro de tres funcionarios al servicio de la Embajada de España en Líbano tiene visos, al cumplirse hoy, viernes, dos semanas de que se produjera en la autovía del aeropuerto, de prolongarse por mucho tiempo, creándose así un caso español de rehenes similar a los que existen desde hace meses o incluso años con otros cautivos norteamericanos, franceses, británicos, etcétera.Desde que el jueves 23, el ministro de Justicia libanés y Nabih Berri, que actúa como mediador entre el Gobierno español y sus correligionarios de Amal autores del triple apresamiento, abandonó Beirut para viajar a Damasco, Freetown y Londres, no se han mantenido contactos en esta capital libanesa tendentes a obtener la liberación de los prisioneros a pesar de que el líder de la milicia shií Amal dejó muy claro quiénes debían ser durante su ausencia los interlocutores de la embajada.

Después de vaticinar a principios de la semana pasada que los rehenes podían ser liberados en cuestión de "dos o tres días", el embajador de España en Beirut, Pedro Manuel de Arístegui y Petit, ha vuelto a sumirse en el más absoluto mutismo y se niega nuevamente a ponerse al teléfono incluso para tratar de evaluar con los corresponsales españoles los peligros que corren los residente españoles en Beirut. Su colaborador Juan Manuel Molina no se muestra más cooperador y se resiste a efectuar algunos trámites consulares rutinarios para facilitar la acreditación de periodistas españoles.

El jefe de misión español en Damasco, Felipe de la Morena y Clavet, se mostró, en cambio, más locuaz y declaró a este corresponsal que "había solicitado desde el primer momento la ayuda y cooperación de las autoridades sirias (...) que manifestaron en todo momento su buena disposición" para intentar resolver el secuestro de los españoles Pedro Sánchez y Asad Abdo, geo y canciller de la embajada, respectivamente, y del vicecanciller libanés Gaspar Abdo. Siria ya aúna sus esfuerzos a los de Francia y EE UU para intentar rescatar a los 10 ciudadanos desaparecidos de estos dos países.

La influencia siria

El régimen sirio, que sorprendentemente sólo se limitó a criticar a través del editorial de un diario oficioso el establecimiento de relaciones diplomáticas entre Madrid y Tel Aviv, mantiene relaciones privilegiadas con la milicia shií que controla, a su vez, los suburbios meridionales de Beirut donde se encuentran, probablemente, los tres cautivos apresados por las familias Rahal y Jalil. Los dos clanes pretenden intercambiarles por sus hijos Mohme y Mustafá, que cumplen una condena de 23 años de cárcel en la prisión de Alcalá Meco por el frustado asesinato de un funcionario libio.Molesta por la aparente falta de diálogo, Amal parece cada vez menos predispuesta a ejercer su influencia moderadora con las familias, arrancándoles un gesto de buena voluntad. Para que se produzca un desbloqueo habrá que esperar probablemente a que finalice el periplo de Berri con el que Arístegui desea ponerse nuevamente en comunicación cuando regrese.

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