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La industria discográfica española se sitúa por debajo del nivel europeo

SANTIAGO ALCANDA, ENVIADO ESPECIAL, Las cifras de ventas de la industria discográfica y unas notas estadisticas referidas a la emisión de vídeos musicales que ha ofrecido la Federación Internacional de Productos Fonográficos y Videográficos(IFPI) sitúan el mercado y el sistema de funcionamiento españoles en una posición muy retrasada con respecto al nivel europeo.

Las cantidades de discos y casetes vendidos corresponden a 1984. Respecto al número de elepés en el Reino Unido, se vendieron 54 millones; en Francia, 41 millones; en Italia, 16 millones, y en España, 10,5 millones; la venta de sencillos ascendió en el Reino Unido, a 131,5 millones; en Francia, a 64 millones; en Italia, a 12.200.000, y en España, a 3.800.000 ejemplares.En cintas o casetes, las copias vendidas en el Reino Unido alcanzaron la cifra de 45 millones; en Francia, 23,5 millones; en Italia, 15 millones, y en España, poco más de 11 millones. Alemania Occidental se coloca en un puesto intermedio entre el Reino Unido y Francia, pero supera notablemente a ambos en la venta de discos compactos, al haber llegado a los tres millones de copias, mientras Francia alcanzó el millón, Reino Unido 800.000 e Italia 700.000.

No existe valoración de los discos compactos vendidos en Espafla por tratarse de una cantidad irrisoria. La IFPI divulgó también un resumen opinativo que se relaciona con unas estadísticas recogidas por la propia entidad acerca de los precios que se pagan en el mundo por la emisión de los vídeos musicales.

Es costumbre en RTVE considerar el paso de los videoclips como una concesión hacia las compañías de discos y negar cualquier tipo de pago a los productores de los mismos. En este sentido, se entiende que un vídeo musical es un medio publicitario de la entidad discográfica y que bastante se hace ya con permitir gratuitamente la emisión de tales productos.

En contra de esta postura, la IFPI mantiene que la lista de sus estadísticas "debería ser considerada por aquellos países como Australia, Portugal o España, donde los productores aún están esperando por el uso de su producto como parte de una programación televisiva". Se alienta así a los asociados videográficos (en España la AFYVE) a que pugnen por acuerdos privados en favor de los derechos de producción.

La situación española es ahora atípica, porque la televisión nacional puede disponer como monopolio del o todo o nada ante las compañías ofertantes. El cambio llegará con la aparición de la TV privada, porque surgirá la competencia entre emisoras que demandarán los diferentes productos videográficos y terminarán por establecer unas cuotas determinadas. La estádística de la IFPI muestra una gran variedad de las cantidades que se pagan en los distintos países: desde Canadá, que paga 53 dólares (unas 7.500 pesetas), hasta los 410 dólares (60.000 pesetas) que se pagan en la RFA.

El canal privado italiano Videomusic ha propuesto un pago global por cada vídeo de un millón de liras (100.000 pesetas) a cambio del uso ilimitado durante dos o tres meses, más un 2% de los ingresos publicitarios que acompañen a dichas emisiones.

El sistema que más le gustaría a la IFPI está en relación con los canales musicales transnacionales como Musicbox -canal británico de televisión por cable, réplica del MTV estadounidense, que está extendido por Europa y que en España se suele piratear- y sería un porcentaje de los ingresos publicitarios o de los ingresos por suscripción a estos canales.

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