Ingresa en prisión el practicante de Alfajarín que causó la muerte a dos vecinos
JORDI BUSQUETS, ENVIADO ESPECIAL, El practicante de Alfajarín (Zaragoza), Estanislao Serrano, de 52 años, presunto autor de los disparos que el domingo causaron la muerte a dos vecinos de la localidad y heridas graves a otros dos, ingresó en la mañana de ayer en la cárcel de Torrero, de Zaragoza, por orden del juez. A esa hora los dos heridos seguían internados en la Mutua de Accidentes de Zaragoza, donde evolucionaban favorablemente, aunque su estado seguía siendo grave. Los dos fallecidos, Nfiguel Angel Garbi Gil y José Javier Masit Buil, fueron enterrados a primeras horas de la tarde.
En la mañana de ayer las calles de Alfajarín, una local¡dad agrícola de 1.380 habitantes situada al pie de la carretera N-II, a 18 kilómetros de Zaragoza, se encontraban prácticamente desiertas. Unas horas antes, en una reunión urgente, el alcalde, Ángel Córdoba, y algunos concejales decidieron, ante "la gravedad del suceso", declarar la jornada de ayer día de luto local. La bandera colocada en el balcón de la casa consistorial colgaba a media asta. Desde el servicio megafónico instalado en el campanario de la iglesia la voz del alguacil surgía de entre las notas de la popular melodía Love story para anunciar la hora del entierro de las víctimas. "Es como si nos hubiera matado a todos", comentó el alcalde, Ángel Córdoba, en su despacho oficial. "Es un hombre agrio, tenso, incordiador", dijo. "Habíamos solicitado su traslado muchas veces al Colegio de ATS; incluso le habíamos buscado una plaza en Zaragoza, pero no hubo forma, no quería irse".
Ningún motivo concreto
Ninguna de las personas consultadas ayer en Alfajarín logró recordar ningún hecho concreto que pudiera haber impulsado la actuación de Serrano, el practicante. Sin embargo, "quien más quien menos hemos tenido algún pequeño enfrentamiento con él". Eso, según los vecinos, era muy fácil: "A mí una vez me montó una trifulca terrible por no haberle cedido el paso en un cruce", recordó uno de los clientes del bar Las Vegas. En la mañana del domingo las víctimas, componentes del equipo de fútbol Veteranos Alfajarín, festejaron la victoria por 2-0 frente al equipo rival con un espléndido conejo con caracoles que les sirvió el propietario del bar Las Vegas patrocinador del equipo. Después, a eso de las 13.30, cada uno se fue por su lado.
El bar Casa Paco, escenario de los hechos, es uno más de los que en las tardes de domingo reúnen a los hombres; "los jóvenes, a jugar al guiñote, y los mayores, al subastado", explicó uno de los clientes habituales. El pasado domingo, mientras las cuatro víctimas se tomaban unas cervezas, el practicante entró un par de veces en el establecimiento. "A Miguel Ángel Garbi ya le había amenazado alguna vez", aseguró Severo. Otra persona, también cliente del bar, comentó que algunas veces el practicante le pasaba al joven "servilletas con el RIP, pero Ángel no le hacía caso".
Fue en su tercera visita al establecimiento cuando Serrano, provisto de un rifle Winchester calibre 22, efectuó los disparos. "Disparó desde la puerta y sin decir nada", recordó Severo, una de las personas que se encontraban en el bar. "Nos echamos al suelo y corrimos hacia el interior de la casa. Cuando reaccionamos, aún seguía disparando".
El padre de una de las víctimas consiguió arrebatarle el arma y Serrano, impasible, dio media vuelta y regresó a su casa. Allí acudieron a detenerle, pocos minutos después, la Guardia Civil y el alcalde. "Me quedaba una bala y ésa era para ti", le dijo tranquilamente el practicante a la primera autoridad municipal. "No quiero perjudicarle, pero debo decir que estaba muy entero, sereno; no estaba borracho", aseguró ayer Córdoba.
Serrano poseía el arma legalmente, según fuentes oficiales, y en el momento de efectuar los disparos tenía seis proyectiles en la recámara, de los que disparó cinco. El alcalde dijo que ninguna persona de la localidad conocía que el practicante tuviera tal arma.
Ninguno de los vecinos de Alfajarín dejó de asistir ayer al entierro de Miguel Ángel Garbi Gil y José Javier Masip Buil. La iglesia parroquial y las dos plazas adyacentes fueron casi insuficientes para albergar a los familiares, amigos y vecinos de las víctimas que acudieron a la ceremonia. "Nunca en la historia del pueblo había ocurrido una cosa así", dijo un vecino, con la voz queda para no romper el respetuoso silencio de la multitud.
Por lo que respecta a los heridos, Alfredo Huguet Blasco, que en la tarde del domingo fue intervenido quirúrgicamente durante más de tres horas, permanecía ayer en la UVI en estado grave, aunque su evolución era favorable, mientras Alfredo Vidal fue trasladado en la mañana de ayer a una habitación, donde dialogó con su esposa. Su estado fue calificado de menos grave.
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