Jóvenes ultraderechistas
El comando de los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL) dirigido presuntamente por el fugado Ismael Miquel Gutiérrez estaba compuesto por José Luis Fariñas García, Jorge Porta Laborda, Carlos Pedemonte Blay, Carlos Laborda Costa y Javier Rovira Llor, todos ellos jóvenes de poco más de 20 años.La policía informó el pasado día 17, cuando fueron detenidos, que se trataba de jóvenes de ideoogía ultraderechista, que tenían en su poder fotografías de miembros de ETA Militar e informaciones sobre sus domicilios, matrículas de los automóviles que utilizan habitualmente, y fotografías de domicilios de algunos exiliados vascos, así como documentos de identidad y carnés de conducir en blanco.
La detención se produjo al saberse, gracias a la colaboración de la Brigada Regional de Investigación con las policías francesa y andorrana.
El vehículo utilizado para perpetrar en Biarritz el atentado contra el ciudadano francés Robert Caplanne había sido alquilado a nombre de Juan Egea Torres, vecino de Vic (Barcelona), identidad que resultó ser falsa. La policía comprobó que el documento utilízado para alquilar el automóvil tenía huellas digitales distintas a las de la persona que aparecía en la fotografía, que era Javier Rovira Llor.
Éste era investigado por la policía, junto a otros jóvenes, por sospecharse que "pudieran estar integrados en grupos extremistas de ideología ultraderechista".
La nota oficial facilitada tras la detención de estos jóvenes indicaba que habían reconocido pertenecer a los GAL.
Explicaron también que el jefe de su grupo era el huido Ismael Miquel Gutiérrez, que se encargaba de facilitarles las informaciones, fotografías y documentos y cuantos elementos precisaban para realizar la vigilancia de los miembros de ETA, así como las armas y municiones necesarias para la comisión de los atentados.
El atentado a Caplanne
El pasado 24 de diciembre resultó herido de gravedad, de varios balazos, en la localidad vascofrancesa de Biarritz, Robert Caplanne, ciudadano francés de 36 años y electricista de profesión. Los disparos le afectaron a la cabeza, el tórax y el abdomen. Al día siguiente se le sometía a una operación en el hospital de Bayona para extraerle el proyectil que tenía alojado en la cabeza, y su estado era, según los médicos que le atendieron, gravísimo. Falleció 11 días después del atentado.
El suceso ocurrió cuando la víctima salía de un bar. En ese momento, dos individuos dispararon contra Robert Caplanne desde un vehículo con matrícula de Andorra. Los agresores consiguieron huir. La policía francesa dudaba entre un ajuste de cuentas o una acción de los GAL, ya que el local del que salía Caplanne era frecuentado por exiliados vascos.
La madre de la víctima regenta desde hace años el bar La Croix, frecuentado por exiliados vascos españoles. Entre éstos se pensó que Robert Caplanne tal vez fue confundido por sus agresores con algún otro exiliado. En círculos de refugiados se especuló con que esta acción hubiera sido otro error de los GAL.
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