Desfile constante de personalidades por la capilla ardiente
El jefe de la Casa Real, marqués de Mondéjar, y el secretario general de la misma, Sabino Fernández Campo, fueron de las primeras personalidades que ayer visitaron la capilla ardiente de Enrique Tierno. Ambos trasladaron a la familia del difunto y a los concejales el pésame de los Reyes.El presidente del Gobierno, Felipe González, se presentó en la Casa de la Villa pasado el mediodía. Permaneció unos diez minutos en una antesala del Patio de Cristales, donde conversó con la viuda, Encarnación Pérez, y con el hijo y la nuera del fallecido. Felipe González tan sólo declaró: "Se ha perdido un gran ser humano".
Los dirigentes comunistas Gerardo Iglesias y Santiago Carrillo acudieron, casi al mismo tiempo, por la mañana. El segundo se mostró particularmente compungido. Adolfo Suárez y Manuel Gutiérrez Mellado fueron también madrugadores, al igual que Ramón Mendoza, Dámaso Alonso y Joaquín Ruiz Jiménez.
Por la tarde fueron al Ayuntamiento Jorge Verstrynge y Manuel Fraga, así como Alfonso Guerra. La disparidad de posiciones políticas e intelectuales que desfiló ante el cadáver de Tierno fue extraordinaria: Ramón Tamames, Jose María Mohedano, el embajador norteamericano, Thornas. Enders; los duques de Alba y Joaquín Leguina, entre otros. Los militares estuvieron representados por el gobernador militar de Madrid, general Guerra Gallego, y el capitán general de la Primera Región Militar, Gustavo Urrutia.
A las once de la noche, un grupo de medio centenar de artistas y personajes de la movida madrileña llegó hasta el féretro después de guardar cola. Entre otros, se encontraban Luis Eduardo Aute, Víctor Manuel, Ana Belén, Ramoncín y Juan Diego.
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