El embajador de España en Beirut se entrevista con el líder shii de Amal para gestionar la liberación de los secuestrados
INTERINO, El embajador de España en Beirut, Pedro Manuel de Arístegui y Petit, se entrevistó ayer por la mañana con Nabib Berri, jefe de la milicia shií Amal y ministro de Justicia de Libano, con el objeto de gestionar la liberación de Pedro Antonio Sánchez Anula, miembro de los Grupos Especiales de Operaciones (GEO), y de los dos funcionarios de la representación diplomática española en Beirut Asad y Gaspar Abdu -canciller y vicecanciller, respectivamente- secuestrados el pasado viernes en Beirut. Según informaron fuentes diplomáticas españolas, Berri informó a Arístegui que los secuestradores pertenecen a la confesión shií, pero a una facción disidente de Aman.
Pedro de Arístegui, no obstante, solicitó a Nabih Berri que actúe en el sentido de aclarar la situación del secuestro y poner fin al mismo. Asimismo en la noche del viernes, tras conocerse el secuestro, el embajador mantuvo contactos con Abdelamil Kabalan y Hasen Omar, miembros de la cúpula dirigente shií de Beirut, según indicaron fuentes diplomáticas españolas.El secuestro fue reivindicado el pasado viernes por un grupo de supuestos amigos y familiares de Mohamed Rahal y Mustafá Jalil, que cumplen en la prisión de alta seguridad de Alcalá-Meco de Madrid una condena de 23 años, respectivamente, por su implicación en el atentado contra Mohamed Aidress Ahmed, funcionario de la embajada libia en España, en septiembre de 1984 en Madrid. AP dress resultó herido en ambos brazos a consecuencia de los disparos que efectuaron Rahal y Jalil.
A últimas horas de ayer, cumplido la mitad del plazo de 48 horas dado al Gobierno español por los secuestradores para que respondiese a su petición de poner en libertad a los dos shiíes libaneses, no se habían puesto en contacto ni con la misión diplomática española en la capital libanesa ni con los mediadores que pretenden su liberación.
A medida que pasaban las horas la impresión reinante en Beirut, en medios relacionado con la comunidad shii libanesa y con la colonia española no es en absoluto halagüeña sobre la suerte de los secuestrados.
El embajador de España en Beirut mantuvo durante toda la jornada un silencio con los informadores sólo roto para afirmar: "No tenemos noticias" ni de los secuestradores ni de los contactos establecidos entre el principal movimiento shii Amal y otras personas relevantes y conocidas en el seno de esta comunidad que tratan de mediar en este secuestro.
Una vez conocida la acción perpetrada el viernes a media tarde contra los funcionarios del Gobierno español, la Embajada se puso en contacto con los responsables de Amal, que aseguraron haber iniciado una intensa búsqueda, que proseguía ayer, según ellos, de los responsables del secuestro en el barrio shií de Burj el Brajne, en los suburbios del sur de Beirut, habitado en gran parte por refugiados del sur de Líbano y simpatizantes y miembros de los integristas musulmanes, que a menudo han tenido serias fricciones con Amal.
Una opinión extendida en los medios shiíes libaneses próximos a la colonia española, e incluso entre las fuerzas de seguridad interior libanesas, es la que de "alguien debió dar el soplo" a los supuestos familiares de Rahal y Jalil de la llegada en el vuelo de Madrid del viernes de "cinco diplomáticos" -los geo viajaban con pasaporte diplomático- españoles. Ayer se supo que los geo iban desarmados cuando se produjo el secuestro, lo que puede explicar por qué huyeron los otros cuatro expertos en seguridad, abandonando a su compañero y a los dos funcionarios de la embajada.
La detención de los tres automóviles en los que se trasladaban desde el aeropuerto, situado en el sur de Beirut, en zona incontrolada en la que actúan varias milicias musulmanas, con escolta del Ejército, podría explicarse por el conocimiento que la familia Rhal tiene de los hermanos Abdu, a los que han visto en repetidas ocasiones en la Embajada de España en Beirut.
La ruta de los secuestros
La carretera que une el aeropuerto internacional de Beirut, el único existente en Líbano, con la ciudad, atraviesa una zona marginada por el mar, al Oeste, y los campos de refugiados palestinos y el populoso barrio shií de Burj el Brajje al este. Situada en la salida sur de la capital es conocida como la ruta de los secuestros, ya que en ella han desaparecido algunos de los ciudadanos occidentales, como los franceses Jean Paul Kauffmann y Michel Seurat, en mayo del pasado año, así como decenas de cristianos libaneses que deben utilizar esa ruta para entrar o salir del país por avión.
Esa zona, en algunos puntos controlada por los milicianos de Amal y en otros por el Ejército, cuya presencia llega a ser a menudo puramente simbólica, es prácticamente el coto de caza de los grupos de integristas musulmanes shiíes, habitantes de Burj el Brajne. Los supuestos secuestradores de los tres funcionarios del Gobierno español habitan en ese barrio, que constituye un intrincado laberinto para aquel que se atreve a entrar en él.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.