Pujol, partidario del consenso sobre la división territorial de Cataluña
El presidente de la Generalitat de Cataluña, Jordi Pujol, reiteró ayer su interés, y el de su Gobierno, en conseguir el mayor grado de consenso posible sobre la ley de organización territorial de Cataluña. "No tenemos voluntad de guerra ni de romper el diálogo", precisó Pujol, para quien la reacción de la oposición por los planteamientos gubernamentales sobre la futura estructura de Cataluña era "parcialmente previsible". El presidente se pronunció sobre la polémica de la división territorial durante una conferencia de prensa convocada para dar cuenta de los acuerdos tomados en la primera reunión de 1986 del Consell Executiu, entre los que destaca la aplicación de la tutela de la Generalitat sobre los ayuntamientos en materia financiera.Pujol no entró a fondo en la discusión o justificación de los criterios básicos que establece el proyecto de ordenación territorial que el Ejecutivo autónomo ha presentado al Parlamento de Cataluña y que ha provocado una dura reacción de los socialistas, especialmente por la proyectada desaparición de la Corporación Metropolitana de Barcelona. Se limitó a destacar su predisposición al diálogo institucional con la oposición y el carácter de documento de trabajo no cerrado del proyecto.
"La organización territorial se hará de la manera más consensuada posible", aseguró el presidente.
Definió el proyecto como un documento articulado, "muy trabajado", que se presenta por ponencia parlamentaria conjunta, "porque la organización territorial es un tema para hablar y también para escuchar".
El titular de la Generalitat manifestó que comprendía parte de las discrepancias de los partidos políticos e instituciones catalanas. "Es lógico que las haya, pues nos enfrentamos a una cuestión compleja". Recordó que por esa razón el Gobierno catalán había aceptado una discusión parlamentaria general en lugar de limitarse a presentar un proyecto de ley. De las críticas de la oposición admitió la de algunos altos cargos socialistas, "que han tenido el acierto de no entrar en polémica, cosa que agradezco y que favorecerá el diálogo". "Por contra", puntualizó, Ias reacciones exageradas y las manifestaciones agresivas me resbalan, no me causan efecto".
Al ministro de Administración Territorial, Félix Pons, que dudó públicamente de la constitucionalidad de la supresión de la Corporación Metropolitana de Barcelona, le respondió que la división territorial era un tema interno de Cataluña. Poco antes se había referido indirectamente al hecho metropolitano al calificar de "acusaciones radicalmente gratuitas y sin fundamento" las críticas socialistas por la poca atención del Gobierno de la Generalitat a Barcelona y su área.
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